Llama la atención de inmediato, con su frondoso pelo amarillo, su camisa colorinche y ese parecido inequívoco a sus padres, Cecilia Amenábar y Gustavo Cerati. La noche del jueves, en una alfombra roja previa al estreno de Séptimo día del Cirque Du Soleil en el Luna Park -y entre medio de invitados como Lali Espósito o Carolina Ardohain-, Benito Cerati (23) llega con parte de su familia a ver el show del que fue íntimo colaborador. Minutos antes de que partiera el espectáculo, el músico se hizo un espacio para hablar con La Tercera de sus expectativas en torno al proyecto.
—¿Qué siente que la música de su padre haya llegado a una compañía que sólo había trabajado con The Beatles o Michael Jackson?
—Se siente increíble, le da como una suerte de acceso mundial a Soda, no sólo de Latinoamérica. Lo pone a la par con los Beatles, con Jackson. Es algo muy groso, porque no es una simple asociación de dos cosas. Aquí está Soda, que es una de las bandas más importantes de acá, y el Cirque, que es una de las compañías más exitosas en todo lo que es arte. Se fusionaron muy bien.
—¿El show está a la altura de la obra de Soda?
—Yo creo que sí, porque el circo intenta algo distinto también. No es el circo con la música o la historia de Soda, sino que al revés, el grupo como inspiración y como si fuera un gran videoclip de muchas canciones.
—¿Cómo se fue involucrando en este proyecto?
—Cuando me invitaron, me pasó lo que les pasó a todos: uno nunca termina de caer. Es difícil de transmitir lo que uno experimenta al ver esto. Se siente como: "Bueno, tuvimos la suerte de que nos tocó a nosotros". Fui a Canadá para ver el funcionamiento, nos reunimos con los jefes de la compañía e hice una que otra sugerencia, pero yo los vi trabajando tan bien que no había mucho qué decir. Ellos son muy artísticos, muy humanos, lúdicos, todos son como niños, yo salía de las reuniones sintiéndome como en un jardín infantil (se ríe). Porque así es el arte. Aprendí mucho.
—¿Qué le parece que Soda genere una pasión continental que no provoca ninguna banda actual?
—Se logró algo atemporal, pero más allá de eso, yo creo que hay algo con la antena, hay músicos que bajan información de no sé dónde, una magia única. En mis ojos y mis oídos es una música totalmente presente.
—¿Le hubiera gustado a su padre este show?
—Sí, porque él siempre pensó en la innovación, en ofrecer cosas distinta.
—¿Cómo cree que el público chileno recibirá el show?
—Les recomendaría que no se lo pierdan, que va a estar buenísimo, porque es algo que honra mucho a la banda. Y yo sé que lo van a disfrutar, porque es un país al que sigo yendo y del que sigo teniendo grandes recuerdos.