"Quizá lo único decente surgido de la Guerra de Vietnam es un cuerpo literario que no ha sido superado por la obra producida por ninguna otra guerra", escribió hace un par de años Jim Sullivan, crítico literario de The Boston Globe en un artículo de las mejores libros sobre ese conflicto publicados en Estados Unidos en los últimos años. Desde Las cosas que llevaban los hombres que lucharon de Tim O'Brien –tal vez el mayor cronista de la guerra de Vietnam que haya producido la literatura estadounidense- hasta Un rumor de guerra de Philip Caputo, pasando por obras de no ficción extraordinarias como The Best and the Brightest de David Halberstam y, especialmente, Despachos de Guerra de Michael Herr –considerado por John Le Carré "el mejor libro sobre los hombres y la guerra"- la lista de obras sobre ese conflicto es larga y la producción no se detiene.
La última novela que se sumó a esta vasta biblioteca de ese virtual sub género de la literatura norteamericana es The Sympathizer (El Simpatizante), el debut literario del escritor vietnamita nacionalizado estadounidense Viet Thanh Nguyen. Ganadora sorpresivamente del Premio Pulitzer en 2016, la novela terminó integrando las listas de los mejores libros del año de los principales diarios estadounidenses, desde The New York Times hasta The Washington Post pasando por The Wall Street Journal y Los Angeles Times. "Una primera novela profunda, asombrosa y cuidadosamente elaborada", aseguraron los jurados del Pulitzer, mientras que la asociación de veteranos de la guerra de Vietnam Vietnam Veterans of America fue más allá: "Esperamos durante mucho tiempo la gran novela sobre la guerra de Vietnam y ahora llegó".
"Un escritor digno de maestros como Conrad, Greene y Le Carré", escribió The New York Times, "emocionante en su virtuosismo … una de las grandes novelas sobre la guerra de Vietnam", agregó la escritora Joyce Carol Oats en The New Yorker, mientras que The Washington Post la calificó como "un nuevo clásico de las novelas de guerra". Elogios que instalaron de golpe a este profesor de inglés y estudios americanos de la University of Southern California e hijo de refugiados vietnamitas en las grandes ligas de la literatura norteamericana. Hasta 2015, cuando se publicó la novela, Thanh Nguyen tenía a su haber sólo dos libros de no-ficción: Race an resistance: Literature and Politics in Asian American y Nothing Ever Dies: Vietnam and the Memory of War. Ahora, ya prepara una secuela de El Simpatizante.
La obra, cuya traducción al español será lanzada a comienzos de abril por editorial Planeta, ofrece una mirada distinta de la guerra, ya no desde los ojos de un ex veterano de guerra estadounidense como era habitual, sino desde la mirada de un vietnamita llegado a Estados Unidos tras el fin de la guerra. Y no uno cualquiera, sino un espía de las fuerzas comunistas infiltrado en el círculo de un general de Vietnam del sur que debe escapar a California. "Soy un espía, un durmiente, un fantasma, un hombre con dos caras. Y un hombre con dos mentes distintas, si bien esto probablemente no sorprenderá a nadie (…). Soy simplemente capaz de considerar dos argumentos desde dos puntos de vista opuestos", cuenta el protagonista en las primeras líneas del libro que parte con la caída de Saigón en 1975.
El Simpatizante no sólo se lee como una extraordinaria novela de espías y un fascinante relato sobre el drama de la guerra sino también como una profunda reflexión sobre la dualidad, sobre el mestizaje y, en definitiva, sobre las consecuencias, costos y beneficios de la inmigración. Un tema que adquiere especial interés en la actualidad. El protagonista no sólo es un espía, un capitán del Ejército de Vietnam del sur que convive con la mentira de trabajar para las fuerzas comunistas del norte, sino también el hijo bastardo de una vietnamita y de un sacerdote católico francés. Un hombre que está entre dos mundos, como le sucede a todo inmigrante. Hay probablemente mucho de autobiográfico en la esencia del personaje, pese a que la vida de Thanh Nguyen está lejos de la historia que relata en su obra.
La dualidad de El Simpatizante se extiende también al tono de la novela, que mezcla drama y comedia. El libro de Thanh Nguyen parece transitar entre el más oscuro de los libros de John Le Carré y la ironía descarada de Nuestro hombre en La Habana de Graham Greene. Es una historia que pasa del drama de la muerte, la fuga de Vietnam y la violencia de la caída de Saigón hasta la abierta ironía sobre los prejuicios y estereotipos con que ven al mundo asiático en Estados Unidos –el personaje del jefe del Departamento de estudios orientales de una universidad californiana que contrata al protagonista es el mejor ejemplo de ello. En muchos pasajes, la aguda mirada de su autor le da al libro un tono de sátira social, como señala el escritor norteamericano Philip Caputo. Pero es finalmente el drama de la dualidad, de las dificultades de convivir entre dos mundos sin terminar contaminado por alguno de ellos, lo que marca el libro. Como dice su autor, "a veces se tiene una vida más feliz cuando se mira el mundo desde solo un punto de vista".