Les tomó 48 horas de filmación y fue la única escena de la película que no se rodó en la provincia de Ñuble. Se necesitaban las condiciones meteorológicas perfectas para recrear el fusilamiento de José del Carmen Valenzuela Torres y el equipo de trabajo no estaba para escatimar esfuerzos. Por el contrario, el riesgo y la voluntad del director Miguel Littin (1942) y su director de fotografía Héctor Ríos eran el motor de El Chacal de Nahueltoro.

"Estábamos a punto de filmar el fusilamiento durante una madrugada, pero yo decidí parar y nos vinimos a Santiago en dos citronetas, donde trabajamos 48 horas sin parar. Héctor Ríos y su cámara eran casi un solo ente, una sola persona. No la ponía desde lejos, sino que iba junto a los personajes, descubriendo o creando nuevos mundos", recuerda Miguel Littin al enterarse de la muerte de Ríos, tal vez el más importante director de fotografía de nuestro país.

El hombre de cine, que hace dos años estaba aquejado de Alzheimer, falleció en la mañana de este miércoles a los 89 años tras las complicaciones de un accidente cerebrovascular que sufrió hace una semana en su casa de Viña del Mar.

Nacido en 1927 en San Antonio, Héctor Ríos se formó en el Centro Experimental de Fotografía de Roma, la misma cuna de realizadores como Michelangelo Antonioni o directores de fotografía como Vittorio Storaro (Apocalipsis ahora) o el cubano Néstor Almendros (Kramer vs Kramer), de quien se hizo amigo. Ya en Chile entró a trabajar en el departamento de cine de la Universidad de Chile, donde conoció a Miguel Littin y al montajista y realizador Pedro Chaskel, con quien luego colaboró en varias cintas. En el año 1969, estos tres nombres figurarían en los créditos de El Chacal de Nahueltoro, película fundacional del cine chileno, cuya cámara en mano fue la huella dactilar de su narración fracturada y urgente.

"Nosotros filmamos en los alrededores de Chillán, donde realmente vivió José del Carmen Valenzuela (alias El Chacal de Nahueltoro). La cámara en mano era algo vital para Héctor. Llegó a tomar clases de mímica para poder llevarla de la mejor forma posible. Era tan preocupado de su trabajo que al final del día siempre revelaba un fotograma de cualquier forma posible. Para mí fue un gran amigo y un gran maestro", comenta Littin.

En 1970 Ríos hizo la fotografía de La colonia penal de Raúl Ruiz y poco después colaboró con Pedro Chaskel (1932) en los cortometrajes Venceremos (1970) y Entre ponerle y no ponerle (1971). "Fue uno de los grandes del cine chileno. No sólo tuvo una obra importante, sino que fue un gran profesor y formó a mucha gente, empezando la generación de los 60", comenta el montajista y realizador Pedro Chaskel. "Creo que en El Chacal de Nahueltoro él hizo una de las tomas más grandes del cine chileno, que es cuando José del Carmen despierta medio borracho después de haber cometido el asesinato. El actor Nelson Villagra corre por el campo y Héctor Ríos lo sigue cámara en mano", agrega.

Exiliado en Venezuela tras el Golpe de Estado de 1973, Héctor Ríos hizo en 1990 la foto del clip de "Corazones rojos" de Los Prisioneros (dirigido por Cristián Galaz) y un año después repitió la labor en La frontera de Ricardo Larraín, cinta donde el paisaje del Chile austral es parte fundamental de la trama. Durante sus últimos años dio clases en el Duoc de Viña del Mar. Sus funerales se realizarán este jueves a las 17 horas en el Cementerio Católico de Santiago.

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