Ha seguido al pie de la letra las misteriosas instrucciones que el dramaturgo iraní Nassim Soleimanpour (1981) timbró sobre la primera página de su aclamado texto Conejo blanco, conejo rojo: "No googlees esta obra. Prepárate para personificar a 'xxx'. Una vez que hayas comenzado, debes terminar... sin importar lo que suceda".
Hace dos años que Alfredo Castro no se asoma por los escenarios. En 2015, recuerda, estuvo en Trabajo sucio, la reescritura que Nona Fernández hizo de Los negros de Genet, y que bajo la dirección de Marcos Guzmán se presentó en la que solía ser su propia sala y sede del teatro La Memoria, en Bellavista. Antes, en 2010, lo había hecho en Almagro, el montaje de Cristián Plana basado en textos de Purgatorio, de Raúl Zurita, e Hijo de mí, de Antonio Gil. Fueron, dice, sus últimos "riesgos" en escena, pues desde entonces el actor y director chileno de 61 años hizo del cine su refugio: estuvo en cintas como El club y Neruda, de Pablo Larraín, y Desde allá, del venezolano Lorenzo Vigas, que ganó el León de Oro en Venecia.
Pero del teatro, con el que se consideraba "medio enemistado y autoexiliado", según declaró el año pasado a este mismo periódico, nada más quedó el recuerdo de su aplaudida versión de Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, con la que volvió a los escenarios en 2014, aunque como director. Para este año, sin embargo, y a pocas semanas del fin de la que fue su compañía y escuela, Castro ya había anunciado su deseo de volver a actuar en tablas. Conducidos por el ex director del extinto Teatro de la Palabra, Víctor Carrasco, él y Héctor Noguera protagonizarían Los arrepentidos, del sueco Marcus Lindeen, pero el proyecto quedó en pausa. "No hemos vuelto a hablar con Carrasco al respecto, y creo que si no la montamos ahora, no lo haremos nunca", dice el actor.
Así y todo, cuenta, el vértigo de volver a pisar el escenario volvió a rondarlo durante estos últimos días. Mañana, será el primero en enfrentarse al enigmático texto de Conejo blanco, conejo rojo, que tendrá a 13 distintos intérpretes cada miércoles ante 60 personas en la sala Matta del CA660. Desde su doble estreno en 2011, en los festivales de Edimburgo y Summerworks, la pieza experimental de Soleimanpour ha cosechado un inusitado éxito tras su paso por Europa y EEUU por su secretismo y curiosa metodología: minutos antes de salir a escena, cada actor recibirá el texto envuelto en un sobre sellado. Una vez terminada la función, no podrá volver a representarlo ni hablar siquiera acerca de lo que ha leído en esas páginas.
Para este inédito desafío, que llega a Chile coproducido por The Cow Company, ya han confirmado su participación algunos actores como Paz Bascuñán, Néstor Cantillana, Héctor Morales, Francisco Melo, Daniel Alcaíno, Antonia Zegers, Héctor Noguera y Claudia Di Girolamo, entre otros. "Será como volver a improvisar, algo que no hago desde hace mucho. Me da un pánico tremendo, imagínate. No solo estoy luchando contra mí mismo y algunos de mis miedos al volver a pisar un escenario, sino que además me estoy exponiendo al ridículo de no saber qué hacer. Sé que otros ya han visto la obra, pero yo he preferido mantener el misterio".
De vuelta a la gran pantalla
Antes de retomar sus clases en la UC y de fantasear sobre el misterio detrás de Conejo, el actor pasó tres semanas en Ciudad de México, filmando bajo las órdenes del azteca Alonso Ruizpalacios, quien en 2014 triunfó en los festivales de Berlín y San Sebastián con Güeros. Para su nueva película, titulada Museo, el director de 39 años ha elegido revivir un hecho real ocurrido en 1985 en su país, meses después de que lo sacudiera un terremoto 8.1°: ese 25 de diciembre, dos jóvenes burlaron el sistema de seguridad del Museo Nacional Arqueológico y robaron 140 piezas invaluables, incluida la máscara funeraria del rey maya Pakal II (603-683 d.C.), una antiquísima reliquia cubierta por un mosaico de jade que forma parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde hace décadas.
"Allí seré el padre de uno de los dos chicos, quien será interpretado por Gael García Bernal, junto a quien ya he trabajado en dos películas de Pablo (Larraín). Me llamaron de último momento y partí, estuve en el rodaje y volví hace unos días a Chile", cuenta Castro. Aunque el estreno está previsto para 2018, el actor reaparecerá en la pantalla grande en los próximos meses: primero, el 24 de agosto, en Cordillera, del argentino Felipe Mitre y donde compartió el set junto a Ricardo Darín y Paulina García; luego en Los perros, en octubre, lo nuevo de la chilena Marcela Said (El Mocito), y ya a fines de año con Severina, la cinta del brasilero Felipe Hirsch inspirada en la novela homónima del escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa.
Por esas mismas fechas, Castro se embarcará en otros dos rodajes, ambos en Chile: entre septiembre y octubre, viajará hasta la Patagonia para protagonizar Blanco, de Theo Court (Ocaso), y en noviembre comenzará la filmación de Tengo miedo torero, la producción dirigida por Rodrigo Sepúlveda inspirada en la novela de Pedro Lemebel que obtuvo apoyos de Corfo tras varios años de intento. "Era una vergüenza que ese proyecto no se adjudicara ningún fondo. Era como si la trayectoria de alguien notable, como Lemebel, no fuese reconocida en su tierra", opina Castro. "Al menos en ese sentido, creo que la justicia llegó, pues hace tiempo que Rodrigo viene trabajando en la película. Será un bello homenaje en memoria de Pedro", concluye.
Conejo blanco, conejo rojo
Cada miércoles, a las 20 hrs., en la sala Matta del Centro de las Artes 660 (Rosario Norte, 660, Metro Manquehue, Las Condes). 22 de marzo: Alfredo Castro; Paz Bascuñán el 29 y Néstor Cantillana el 5 de abril. Revisa la lista completa en www.corpartes.cl. Entradas entre $ 11.200 y $ 16.000.