Falta casi un año completo. 363 días, para ser más rigurosos. Hoy la industria chilena de conciertos maneja esos plazos para finiquitar acuerdos, diseñar proyectos y anunciar los espectáculos del futuro, debido al amplio volumen de nombres que por estas semanas sondean las promotoras locales para alimentar la cartelera del segundo semestre de este año y de la primera parte de 2018. Un período que se anticipa de altísima intensidad.
El último gran ejemplo sucedió precisamente ayer. La productora DG Medios anunció el retorno de Depeche Mode para el miércoles 21 de marzo del próximo año, como parte del tramo latinoamericano de la gira Global spirit. La tercera venida de los ingleses será en el Estadio Nacional -su debut en el recinto- y las entradas saldrán a la venta en las próximas semanas.
Según cuentan desde la firma organizadora, la antelación del anuncio, ejercicio casi inédito en el circuito nacional, fue una decisión del propio grupo, como una suerte de estrategia para manejar un mayor tiempo de promoción y para dejar desde ya cerrado todo el tour que mostrará su última entrega, Spirit, salida el pasado viernes 17. Un periplo que en esta temporada parte el 5 de mayo en Estocolmo y se extenderá por 63 fechas a través de Europa y Norteamérica, culminando el 27 de octubre en Edmonton, Canadá.
"Estamos increíblemente entusiasmados en regresar a Latinoamérica", fue la escueta frase que el cantante de la agrupación, Dave Gahan, esgrimió en un comunicado enviado por los responsables del tour. Una emoción concisa, pero que esconde una expectativa un poco más holgada: los hombres de Personal Jesus volverán con un último álbum que figura entre lo mejor de su última década y que los exhibe en absoluta plenitud creativa.
Por otro lado, la temprana divulgación de la visita de los británicos también revela la férrea carrera que durante estos días libran las empresas del rubro por amarrar a los peces gordos que bajarán hacia el sur en los próximos meses. En términos simples: mientras antes se anuncie, mucho mejor. Dentro de ese puzzle de intenciones, una de las iniciativas más colosales se planifica para fines de septiembre: un megafestival en el Estadio Nacional que pretende juntar a The Who y Guns N' Roses en una jornada, y a Aerosmith y Def Leppard en la otra.
En el primer caso, ambos conjuntos están prácticamente cerrados, negociación facilitada por su presencia en el festival brasileño Rock in Río que se hará en ese mismo mes. Por estos días, y apoyados por una importante marca, los responsables ajustan los detalles para concretar el fichaje de las otras dos agrupaciones. De cerrarse, sería la cuarta vez de los autores de "Walk this way" en la capital, pese a que su presentación más reciente (en octubre del año pasado) fue publicitada como parte de su gira de despedida. En cambio, para Def Leppard, propietarios de un hard rock convertido en fenómeno en los 80 y 90 gracias a hits como "Hysteria" y "Let's get rocked", sería la primera vez en el país. De materializarse, el espectáculo en cuatro capítulos se anunciaría en los próximos días.
En tanto, hay otros créditos que protagonizarán la cita de Río de Janeiro y que también cuentan con altas opciones de pasar por Santiago, como Alter Bridge, Incubus y The Offspring. En contrapunto, la primera vez de Justin Timberlake en escenarios nacionales -estrella también de la próxima fiesta carioca- estaría hasta ahora descartada.
Pero cuando se mira a otros gigantes, las aspiraciones siguen apuntando alto, como sucede con U2. El cuarteto está barajando ofertas para la última parte de 2017 (octubre o noviembre) o para la primera del año siguiente (febrero, en fechas muy cercanas a Depeche Mode). La definición será tomada por los propios irlandeses, ya que dependerá si continúan con la gira que revive su clásico The Joshua tree (1987) -la que entre mayo y octubre recorrerá EE.UU. y Europa-, o si traen otra que implique mayor tiempo de elaboración y que podría mostrar su anunciado nuevo trabajo, Songs of experience, el que aparecería este año. Ellos mismos lo han deslizado en algunas entrevistas: el recorrido que tributa los 30 años de una de sus obras cumbres se armó sin demasiada planificación, casi como una respuesta a la llegada al poder de Donald Trump, debido al tono político de sus canciones.
Otros nombres que hoy se negocian desde Santiago son Bruno Mars, Arcade Fire, Radiohead, Sigur Rós y Norah Jones. En el caso de la neoyorquina, hay un antecedente inmediato que podría facilitar su vuelta. Su presencia estuvo muy cerca de cerrarse como la estrella anglo del último Festival de Viña. Hubo negociaciones con representantes y acuerdos que hicieron avanzar en tierra derecha su fichaje. Eso sí, todo finalmente quedó en nada, debido a una suerte de mezcla entre detalles que no se pudieron conciliar y las ansias de los mentores del certamen por tener a una figura que simbolizara mayor arrastre popular y éxitos radiales.