Culpa y arrepentimiento

29 mar 2017 07:11 PM

Filmada hace seis años y que recién hoy ve la luz en las salas, si bien se trata de la obra de un primerizo, se deja entrever que hay un cineasta en ciernes detrás, quien está dispuesto a contar una historia complicada y oscura.

El Cordero es la historia de Domingo (Daniel Muñoz), un ferviente cristiano conservador que lleva una vida tranquila junto a su mujer y su hijo adolescente. Trabaja en una fábrica junto a su suegro y pasa sus ratos libres en familia, muchas veces leyendo la Biblia a vecinos del sector. Su plácida y monótona existencia se destruye cuando, pensando que es víctima de un robo, dispara y da muerte a la secretaria de su trabajo. A pesar de quedar con firma mensual tras comprobarse que todo ha sido un accidente, Domingo no puede dejar atrás el hecho, pero no porque la culpa lo carcoma, por el contrario, el hecho de no sentir remordimiento alguno lo complica.

Esta es la ópera prima del director Juan Francisco Olea, filmada hace seis años y que recién hoy ve la luz en las salas. Si bien se trata de la obra de un primerizo, se deja entrever que hay un cineasta en ciernes detrás, quien está dispuesto a contar una historia complicada y oscura. Porque Domingo no solo sufre por la falta de sentimientos que le provoca lo sucedido, sino que empieza a pecar (robar, atacar a gente, intentar asesinar), todo en pos de lograr sentir su tan necesaria culpa para luego arrepentirse y lograr la salvación.

Este es un relato que a ratos cojea, que le falta profundizar en las raíces de Domingo, en el real motivo en su actuar y en las motivaciones incluso previas al incidente. También es una historia que posee una sobreabundancia de seriedad, pero que se mantiene en pie y funciona gracias al trabajo de Muñoz y de su director, quien relata de manera sobria una historia atípica en nuestro cine y que se atreve a apuntar alto aunque muchas veces yerre.