"Clásico instantáneo". Esa fue la etiqueta más repetida por las revistas especializadas cuando apareció Fleet Foxes, el primer disco de la banda de Seattle, que los convirtió en algo más que un éxito de ventas. Con la pintura Los proverbios flamencos de Pieter Brueghel el Viejo en portada, Fleet Foxes significó la revitalización de un folk sacado de otra época, a punta de camisas de franela y barbas deshilachadas. Una especie de revival pasado por un filtro lo-fi, irresistible para cualquier día frío y lluvioso, gracias a un puñado de atmósferas folkies bajo el control del productor Phil Ek.

Después del aplauso generalizado de la prensa, de las críticas elogiosas y la aparición de rankings que los situaban entre lo mejor de la última década, la banda de Robin Pecknold pisó el freno en 2011, cuando publicaron el oscuro Helplessness Blues, su segundo álbum de estudio. En adelante, Fleet Foxes no dio más giras de conciertos ni muchas señales de vida... hasta hoy.

Fleet Foxes acaba de lanzar un nuevo single titulado "Third of May / Odaigahara", de casi nueve minutos, potenciado a través de una espectacular línea de piano y una guitarra de 12 cuerdas, un cuarteto y las ya conocidas armonías del grupo. Todo esto en el marco de Crack-Up, su esperado tercer disco de estudio que llega 6 años después del último álbum del 2011, y casi una década después del debut homónimo del grupo en el 2008:

https://www.youtube.com/watch?v=6GqgNebPm50

Crack-Up saldrá a la venta el próximo 16 de junio, incluye 11 canciones escritas por Robin Pecknold y fue co-producido por líder de la banda junto a Skyler Skjelset, veterano miembro del grupo, colaborador y amigo de la infancia. El álbum fue grabado en distintas locaciones a lo largo de los Estados Unidos, entre julio del año pasado y enero de este año, en los Estudios Electric Lady, Sear Sound, The Void, Rare Book Room, Avast y The Unknown.

Phil Ek fue el encargado de la mezcla del disco en Sear Sound y fue masterizado por Greg Calbi en los Sterling Sound.