Beto Cuevas graba disco y documental en La Habana

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El cantante registró un álbum donde narra diversos textos escritos en los últimos años. El título sale en septiembre y fue dirigido por un destacado representante chileno de ballet.


El chileno Paul Seaquist, desde hace más de una década exitoso representante vinculado al mundo del ballet, cuenta que parte de la inspiración vino del disco An american prayer (1978), de The Doors: esa pieza póstuma donde los sobrevivientes del conjunto musicalizan poemas grabados por Jim Morrison, fallecido siete años antes, y que significó un inesperado golpe multiventas, despachando cerca de dos millones de copias. "Ese es el modelo que yo tengo en mente cuando la gente me dice 'lo que estás haciendo no es comercial, para qué sirve'. Yo les muestro como antecedente que lo de Jim Morrison fue doble disco de platino y generó mucho interés", cuenta.

Pero el origen más puntual surgió con una pregunta: ¿qué hace un cantautor con el caudal de textos que no alcanza a dar cabida en un nuevo álbum, con las letras abandonadas por décadas en sótanos o cajones? "¿Qué pasa con ese trabajo creativo que nunca llega a ser disco? Entonces ahí tuve la idea de darle luz a esos escritos que por lo general quedan en el olvido", agrega Seaquist.

Y en esa colisión de ideas entre Morrison y el material discográfico que nunca fue, apareció el protagonista perfecto: Beto Cuevas, viejo amigo del productor desde sus días en Chile y quien desde un principio estuvo dispuesto a desempolvar antiguos escritos para recitarlos y adosarles música en un proyecto inédito en su trayectoria. En rigor, la iniciativa se encuadraría dentro de un género conocido como spoken word (palabra hablada), el que en EE.UU. posee varias categorías en los Grammy y estanterías completas en las disquerías más afamadas.

"Nuestro objetivo es eventualmente ganar ese Grammy con Beto", apuesta el promotor, sin camuflar una pizca de ambición. Para comenzar la misión, y como si el plan ya no tuviera suficientes particularidades, Seaquist citó la semana pasada al ex cantante de La Ley en La Habana, donde grabarían el álbum y donde opera su sello, SP records, además de residir ahí un par de meses al año desde hace varias temporadas.

El promotor sigue: "El llegó a Cuba con 10 a 12 escritos diferentes, los que tocan un sinfín de temas: su infancia, sus experiencias en el negocio de la música, sus relaciones sentimentales. Le dije que tenía total libertad para hablar de lo que quisiera en este trabajo".

El título completo se registró durante esos mismos días en los estudios PM, propiedad de Pablo Milanés -el cantautor fue a saludar a los chilenos durante la grabación- , y hasta ahora lleva el título de Crónicas de soledad. La música que tendrá como telón de fondo será de autoría del propio Cuevas y se trabajará en su estudio en Los Ángeles. Además, todo el proceso animará un documental que vendrá junto al disco, el que formará parte de una colección bautizada como Vox populi, donde la intención apunta a que diversas figuras latinas puedan desfilar por La Habana con sus narraciones.

Aunque en teoría la escena de un músico leyendo sus memorias parece un ejercicio simple -o al menos más simple que montar un álbum con canciones-, Seaquist lo pone en perspectiva:

"Nos dimos cuenta que hacer un disco de voz hablada es fácil. Lo difícil es hacer un buen disco de voz hablada. Como para ambos era algo nuevo, en un principio éramos muy torpes y en el camino nos fuimos dando cuenta cómo salir adelante. Pero, por lo mismo, como no es una producción musical, estamos abierto a todas las circunstancias que puedan hacer de esto algo diferente".

El resultado se sabrá en septiembre, la fecha en que se estrenaría el álbum. Y el momento en que Beto Cuevas nuevamente pondrá a prueba una carrera de espíritu camaleónico.

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