"Me levanto a las seis de la mañana y me acuesto a las diez y media, once de la noche, después de haber visto una gran película en ese gran aparato llamado Netflix. De tantas cosas que hay ahora, de esas locuras, que antes uno tenía la emoción de ir al cine, de sentarse a ver una película; y ahora uno se sienta en la casa y si no le gusta la película, la cambia. Ayer tres veces cambié de película. Después de eso, me duermo". Al teléfono desde México, Armando Manzanero interrumpe su agenda para hablar con Culto.

El maestro mexicano se prepara para su regreso a Chile, cuando se presente con cuatro fechas entre el 26 y 29 de abril, en el Teatro Municipal de Las Condes (entradas se pueden adquirir a través del sistema Ticketek). "Es muy novedoso porque no va ser esa cosa de una canción tras otra canción, así no", comenta.

Y es que la voz de "Esta tarde vi llover" no solo traerá su piano y una maleta de éxitos - algunos de los himnos más incombustibles del cancionero latinoamericano-, sino que también una puesta en escena donde será acompañado por otros dos intérpretes y por Jean Pierre Magnet, reconocido saxofonista y director musical peruano.

Los nuevos tiempos

Con más de 60 años de trayectoria, 400 composiciones, y siendo figura imprescindible de la balada y el bolero, Armando Manzanero se mantiene activo- como él enfatiza-, trabajando en el que será su último disco, con fecha para el segundo semestre, y que tendrá la presencia de Roberto Carlos, Simone y Carlos Vives, entre otros.

Su rutina, además, lo tiene ligado al oficio no solo como artista, sino como gestor, en su cargo de Presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México. Desde su sillón, Manzanero analiza los actuales fenómenos musicales y el legado generacional de esto, los que han visto pasar en demasía desde sus inicios como promotor musical de la discográfica CBS Internacional en México.

Y también como padrino de los grandes astros del rubro: Desde Lucho Gatica hasta Luis Miguel, todos le deben un un trozo de su éxito a su herencia creativa y artística. "Tratamos de ver cómo nos apoyamos en la gente joven, que siempre trae cosas frescas", afirma.

—¿Qué opina del fenómeno de las colaboraciones en la música latina?

—Son magníficas. Justamente por eso me estoy viendo con dos muchachos que me acompañarán a cantar. Le confieso a usted que en los tiempos actuales es muy aburrido escuchar a un tipo en un disco que es solo él y solo él, por eso existe ese aparato que aprieta uno y cambia de canción. Entonces, que hayan colaboraciones lo hace inmensamente atractivo. Le voy a decir una cosa, exactamente en el año 78, yo lo hice por primera vez con una canción que se llamaba "Señor Amor".

—Después de 50 años y con una jornada tan intensa, ¿Qué es lo que incentiva a seguir componiendo, a trabajar en la música?

Para mí componer es como respirar. Si tengo una canción que hace falta la compongo, y si no, la compongo y la guardo. Le voy a decir que como algunos entran a tomarse un trago  o se meten en la computadora, yo me siento en mi piano. Es parte de mi actividad, a veces no, a veces hago otras cosas pero casi todas las noches estoy tocando mi piano.