Jonahtan Demme alcanzó el éxito internacional en 1991, cuando con 47 años deslumbró al mundo con El silencio de los inocentes. El thriller protagonizado por Jodie Foster fue un fenómeno de taquilla y arrasó con los Oscar ese año: se llevó 5 galardones, incluyendo los de Mejor película y Mejor director.
Luego de una extensa y exitosa carrera, marcada por su gran versatilidad, con incursiones en el documental musical, la comedia y el video clip, Demme falleció hoy a los 73 años.
Según informa IndieWire, la causa de su deceso fue un cáncer al esófago, sumado a complicaciones derivadas de enfermedades al corazón. Demme fue tratado inicialmente por su enfermedad en 2010, pero sufrió una recaída en 2015 y su estado se deterioró en las últimas semanas. En Culto, recordamos tres cintas que lo inmortalizan en el mundo cinematográfico.
Casada con la mafia (1988)
La trama de esta comedia romántica de Demme gira en torno a Angela (Michelle Pfeiffer), la mujer de un mafioso, quien trata de rehacer su vida tras la muerte de su esposo. Todo se complica cuando el jefe de su marido, Tony Russo (Dean Stockwell), comienza a cortejarla, al mismo tiempo que Mike (Matthew Modine), un agente del FBI, se hace pasar por un nuevo vecino para vigilarla, y también se enamora de ella. Entre las curiosidades de la cinta, destaca que los roles de Pfeiffer y Modine habían sido pensados originalmente para ser interpretados por Jessica Lange y Tom Cruise, respectivamente. Por su parte, Stockwell se lució en su papel de mafioso, por el que fue nominado a Mejor actor de reparto.
Esta fue la primera vez que Demme utilizó en una de sus cintas la canción "Goodbye Horses" de Q Lazzarus, la que luego repetiría en una de las escenas más memorables de El silencio de los inocentes. Más tarde, como si fuera cábala, volvería con música del mismo intérprete en Filadelfia (1993).
El silencio de los inocentes (1991)
Es, sin lugar a dudas, la cinta más exitosa en la filmografía de Demme. La pista de Q Lazzarus suena mientras vemos al asesino serial Bufalo Bill (Ted Levine) en la intimidad de su casa cosiendo sus trajes de piel humana y bailando con su psicótica mirada fija en la cámara. En 1991, El silencio de los inocentes se convirtió en una de las pocas películas en la historia que ha logrado la hazaña de llevarse, al mismo tiempo, los cinco premios principales de la Academia: Mejor Actriz para Jodie Foster, Mejor actor para Anthony Hopkins, Mejor guión adaptado para Ted Tally, Mejor director para Demme y Mejor película.
La mitología que rodea el filme es extensa. Se cuenta, por ejemplo, que en el primer encuentro entre Hannibal Lecter (Hopkins) y la agente Starling (Foster), la burla que hace el asesino del acento sureño de ella fue improvisado en el acto. Foster dice que su impresión de horror fue genuina, que se sintió atacada personalmente y que luego agradeció a Hopkins por generar una reacción tan honesta.
Por su parte, Hopkins fue escogido para interpretar a Hannibal Lecter por su actuación como Dr. Frederick Treves en El Hombre elefante (1980) de David Lynch. Cuando el actor supo esto, le dijo al director que Treves era un buen hombre, a lo que Demme respondió: "Lecter también es un buen hombre, atrapado en una mente insana".
También se cuenta que la comunidad LGTBI de entonces no estuvo de acuerdo con que el asesino Buffalo Bill fuera transexual, ya que podía generar hostilidad hacia ellos. A su vez, El FBI colaboró con la producción, ya que lo vio como una herramienta para reclutar más agentes mujeres.
Filadelfia (1993)
Esta cinta es una de las más dramáticas y conmovedoras de su filmografía. En ella, Tom Hanks interpreta a un joven abogado que descubre que es portador de VIH y por ello es despedido del prestigioso bufete en que trabaja. Entonces acude a un abogado afroamericano interpretado por Denzel Washington, creyendo que generaría empatía con él por compartir la experiencia de la exclusión y la discriminación. Sin embargo, el afroamericano también tiene sus prejuicios sobre la homosexualidad. El desarrollo y desenlace de la demanda es, a la vez, una historia de amistad y de aprendizaje, y convirtieron a esta cinta en una bandera de lucha por los derechos humanos.
El director quiso que la gente no familiarizada con el Sida viera la película, para crear conciencia y disminuir el estigma hacia la enfermedad. La historia de un hombre muriendo de VIH tuvo visibilidad en todo el mundo y logró dos premios de la Academia aquel año: el de Mejor actor para Hanks y el de Mejor música, canción original para Bruce Springsteen por "Streets of Philadelphia".