Según cifras de la OMS, Japón ocupa el tercer puesto de suicidios en el mundo y el bosque Aokigahara, a los pies del Monte Fuji, es el sitio preferido por los suicidas de ese país.
Cada año se suicidan entre 50 y 100 personas en Aokigahara. Solo el puente Golden Gate en San Francisco, Estados Unidos, supera ese número en todo el mundo.
Su fama como lugar de suicidio comenzó en los años 60, cuando apareció el cuento Kuroi Jukai, de Seicho Matsumoto, en donde dos amantes se quitan la vida dentro del bosque.
Matsumoto, uno de los principales escritores de novela negra en Japón, comenzó su carrera como periodista en Asahi, pero fue con Historia del diario de Kokura que su carrera literaria se disparó como espejo de Raymond Chandler: un escritor de origen humilde que se decidió por la literatura de manera tardía.
Matsumoto se dedicó por entero a la producción de novelas policiacas, todas ellas caracterizadas por relatos minuciosos de los hechos, una cuidadosa atención a los personajes, una imagen positiva de los inspectores que llevan a cabo la investigación y una crítica social contenida.
No sufras solo
La superficie de 35 km2 de Aokigahara está repleta de cavernas rocosas y heladas. Según un reportaje de la BBC, el viento queda bloqueado por los espesos árboles y la vida silvestre es casi inexistente, lo que hace al bosque excepcionalmente silencioso.
Un documental de Vice muestra el aviso en una de las entradas del bosque, que incluye un número telefónico para pedir ayuda: "Piensa una vez más en la vida que te fue dada, tus padres, tus hermanos y tus hijos. No sufras solo, antes contacta a alguien".
Es uno de los múltiples esfuerzos de las autoridades para revertir la situación.
Según datos recientes, el suicidio es la principal causa de muerte de hombres entre 20 y 44 años.
Las cifras aumentaron después de la crisis financiera asiática de 1998 y volvieron a aumentar después de la crisis global de 2008. Personas de todo Japón seleccionan Aokigahara para morir en parte porque el suicidio es una tradición.
La práctica samurai de cometer "seppuku" o "harakiri" o los jóvenes pilotos "kamikazes" de la Segunda Guerra Mundial, son señalados como razones culturales distintas por las que los japoneses son más propensos a quitarse la vida que en otros países.
"El aislamiento es la principal causa para la depresión y el suicidio", dijo a BBC Wataru Nishida, psicólogo de la Universidad Temple de Tokio.
"Es cada vez más común leer historias sobre personas mayores que mueren solas en sus apartamentos", afirmó. "Están descuidadas. Los hijos cuidaban a sus padres en otra época pero ya no lo hacen más".