Mike Shinoda, vocalista de Linkin Park: "No hay muchos grupos como el nuestro en estos días de gratificación inmediata"

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La banda que capitalizó el éxito del nü metal noventero da este martes su primer show en solitario en Chile. El líder del conjunto habla con Culto a días de lanzar su material más ambicioso y resistido en 21 años de carrera.


Para Linkin Park, perpetuar la fórmula hubiese sido el camino más fácil. Surgidos en California a mediados de los 90, su primer álbum, Hybrid theory (2000), no sólo fue el disco debut más vendido de la temporada y de lo que va del siglo XXI, sino también el pináculo de popularidad del nü metal que poco antes habían instalado Korn y Limp Bizkit, y que por ese entonces, al alero de MTV, comenzaba a expandirse hacia nuevas direcciones.

Pero desde entonces, la banda que comandan los cantantes Chester Bennington y Mike Shinoda ha logrado mantenerse en ránkings y premiaciones explorando otros caminos, no sin el pataleo de sus fans más puristas. Si bien Meteora (2003) volvía a poner los fraseos hip hop y las guitarras procesadas al servicio de himnos para una generación de recambio, sus siguientes cuatro títulos han sintetizado los múltiples intereses de sus compositores -que en el caso de Shinoda incluyen trabajos para la agrupación inglesa Depeche Mode y el rapero estadounidense Jay Z- sin perder la aspiración masiva del grupo. Una búsqueda que vuelve a desafiar a sus seguidores con One more light, el disco que sale a la venta el 19 de mayo y que el público local podrá escuchar de primera mano, este martes 9 en el Movistar Arena.

"Cada uno de estos álbumes es como una sorpresa, así que estos conciertos en Sudamérica son una oportunidad para poner en contexto el nuevo material ante nuestro público. Hoy (anoche) en Argentina iniciamos un nuevo ciclo de este disco así que nos entusiasma mucho la idea de volver a Chile y de tocar al menos cuatro nuevas canciones junto a las de los discos anteriores", explica Shinoda a La Tercera desde Buenos Aires, antes de su primer concierto en solitario en Santiago (el debut fue en el festival Maquinaria de 2010). Un show para el que se espera un lleno total y donde se pondrá a prueba la fidelidad de 15 mil fanáticos ante canciones nuevas como Heavy, que al contrario de lo que sugiere su título es el single más popero -y resistido por una facción de su audiencia- de sus 21 años de carrera.

—Los adelantos han generado todo tipo de expectativas para este nuevo disco, que autoprodujeron y en el que, según han contado, no hay un solo grito de Chester Bennington. ¿Es un cambio radical para el grupo?

—No lo vemos como una nueva dirección porque la banda siempre se ha movido en muchas direcciones. Nos gusta la idea de aprender algo en cada disco, si hiciéramos lo mismo cada vez sería muy aburrido. Ahora, por ejemplo, hicimos las letras primero. Y salieron de los lugares más insospechados. Un día estaba con mis hijos en la mañana, en esas situaciones en que se ponen a gritar y cierran puertas de golpe, y pensé que sería muy cool hacer una canción que fuera como una cápsula de tiempo para mostrarles ese momento en el futuro. Esa es la canción Invisible.

—¿A sus hijos les gusta Linkin Park?

—Claro que sí, de hecho. Les gusta lo nuevo, Castle of glass, Numb, Waiting for the end, algo de cada disco.

—¿La idea de seguir desafiando al público y a ustedes mismos es lo que los ha mantenido unidos por más de veinte años?

—Tiendo a creer que sí. Es inusual en estos días tener la misma formación en un grupo tanto tiempo y probar diversos géneros en cada disco, e independiente que sea exitoso o no, nos tomamos el tiempo de llegar al estudio con un material que hemos trabajado durante mas de un año. No hay muchos grupos como el nuestro en estos días de gratificación inmediata, en los que los DJs inventan una canción una tarde y la estrenan esa misma noche en vivo. No veo nada malo en eso pero en nuestro caso nos gusta preocuparnos de cada detalle.

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