Giras de despedida: ¿adiós o hasta luego?
Camilo Sesto canta hoy en Movistar Arena, pese a que en 2008 vino en un tour final en que recalcaba que nunca más se subiría a un escenario. Charles Aznavour, Aerosmith y Faith No More también han convertido la emoción del adiós en una pequeña trampa.
Camilo Sesto
Noviembre de 2008
A principios de 2008, el español inició un tour publicitado como su última vez en vivo. No había más. Se paseó por cada uno de los países que fueron parte de su adiós subrayando su emoción, suspirando nostálgico por esa vida en la ruta que nunca más existiría, como cuando llegó hasta el Sheraton de Santiago en la previa de su recital en el Movistar Arena: "Esto es un hasta siempre", se sensibilizó ante la prensa. Sin embargo, a partir de ahí, el baladista se convirtió en la encarnación más cabal del artista cuyo "nunca más" resulta elástico, apenas creíble: volvió otras tres veces, casi siempre advirtiendo que ahora sí sería la última. Cuando se le enfrentó al truco, aclaró que su gira de despedida había comenzado en 2008, sólo que aún no culminaba; o también responsabilizó a sus fans: "Mi público es maravilloso. No quieren dejarme ir". Esta noche vuelve al recinto del Parque O'Higgins, donde hace nueve años prometió que daría su último show en Chile.
Billy Gould, Faith No More
Noviembre de 2010
El final de la banda estadounidense poseía características singulares. Tras once años de silencio, se habían reunido en junio de 2009 para un tour de reunión que sólo duraría un año, ni más ni menos. Después, de vuelta al silencio como grupo. Pero lo más particular era que habían decidido dar el último show de su vida como conjunto en el estadio Bicentenario de La Florida, en diciembre de 2010, como una manera de agradecer a un país que los integró a su memoria pop y donde gozan de un culto perpetuo. De hecho, en esa presentación repitieron una y otra vez que era un placer bajar el telón en el lugar que sienten como su segundo hogar. Patrañas: retornaron otras dos veces (2011 y 2015), con su vocalista, Mike Patton, riéndose también en pleno escenario de quienes creyeron ingenuos que jamás volverían a pagar una entrada por ellos.
Steven Tyler, Aerosmith
Junio de 2016
El ejercicio es simple. Si se busca en Google información sobre el show que Aerosmith dio el 2 de octubre de 2016 en el Movistar Arena, todos los titulares exhiben la palabra "despedida" o el concepto de "última vez en Chile". De alguna manera, los artículos hacían eco de las propias declaraciones de los músicos, quienes meses antes avisaban que la edad ya no les permitiría seguir viajando por el planeta y que pasarían por todos los mercados relevantes agradeciendo a sus seguidores en la previa de su disolución definitiva. Pero los viejos rockeros nunca mueren: los hombres de Sweet Emotion regresarán a Santiago en septiembre, a menos de un año de lo que sería el abrazo final, en un festival masivo que aún no amarra el recinto que los recibirá y donde compartirán cartel con The Who y Guns N' Roses.
Comunicado con que Scorpions anunciaba en 2012 su último recital en Chile
Lo de Scorpions también pasó de la evocación al chiste fácil (y algo merecido). En 2010 llegaron a la capital con un recorrido cuyo nombre no dejaba espacio a dudas: The final tour. Volvieron dos años después amarrados a la misma promesa, prensada en afiches y comunicados: Final sting world tour. Sus seguidores no olvidaron, pero sí perdonaron. Pese a ello, los alemanes retornaron el año pasado y ya debieron empezar a dar explicaciones. Por ejemplo, dijeron que el destino era caprichoso y que se había encargado de torcer los planes, ya que, justo cuando empezaban a pensar en la jubilación, había aparecido una oferta de MTV para grabar un unplugged, lo que, obvio, los había hecho recordar que ellos son animales de escenario jamás dispuestos a arriar su bandera.
Charles Aznavour
El franco armenio es otra figura atrapada por sus palabras. O al menos las de sus representantes. Farewell Tour se llamó la serie de shows con que pasó por el país en 2008, cuando en los comunicados promocionales se agregaba que "el cantante y compositor galo de 83 años decidió retirarse de manera definitiva de los escenarios". Falsa alarma. Retornó un año después, luego en 2013 y, finalmente, en marzo pasado en el Teatro Caupolicán. Con tanta vuelta, el intérprete prefirió no hacerse mayor problema y dejó su fecha de vencimiento a merced del destino y la fortuna: "Ninguno de nosotros sabe lo que va a deparar el mañana. Me despido por ahora de los escenarios, ¿pero quién sabe lo que puede suceder más adelante?", dijo hace dos meses a Culto.
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