Aplausos y gritos desde un público enardecido. Apenas es posible escuchar a quien está pronto a anunciar a la estrella de la jornada: "Señoras y señores, con ustedes ¡¡Mon Laferte!!".

El ruido atronador de los asistentes aumenta en segundos. Aparece la silueta de la cantante en un vestido ajustado, la cabellera larga y zapatos de tacón. Los focos la iluminan a ella y nadie más que ella, en un vestido calipso con una sonrisa de oreja a oreja mientras espera su entrada para cantar "Tormento".

Así comienza el documental de Mon Laferte: alma en pena, realizado por Gamaliel de Santiago y publicado en el canal de YouTube de la artista.

En media hora, se muestran escenas del concierto que dio Laferte en Cariola el 13 mayo de 2016, mezclado con las narración de la cantante mientras recorre su natal Playa Ancha en Viña del Mar.

El recorrido por los cerros inundados por la vaguada costera es liderado por una joven de cabello moreno, abrigo negro y una sencilla mochila. No derrocha la soberbia de quien ha vendido miles de discos y triunfó en Viña del Mar.

Recoge un diente de león, lo sopla y ve cómo los pétalos volátiles se alejan con el viento. "Cuando era chica", comienza a narrar Laferte. "Me encantaba sentarme en la escalera del edificio todas las tardes a jugar, y así, jugando en esa escalera, escribí mi primera canción, casi al mismo tiempo que di mi primer beso", cuenta la cantautora de "Qué he sacado con quererte".

"Nunca se debe negar el lugar de donde uno vino", afirma, para luego lamentar que quizás se ha perdido mucho por estar cantando.

El Teatro Cariola canta al ritmo de una alegre canción y luego, un vistazo al bus que transporta a la protagonista de la noche y todo su equipo. "Puré de papas" de Cecilia es la tonada que ameniza el viaje.

La joven agradece a todos quienes formaron parte de sus logros. Desde la vecina que le prestaba unos pesos para la micro, pasando por su familia y a sus fans, pero sobretodo a la persona que fue su inspiración.

Mon Laferte carga flores en el cementerio y las deja en la tumba de Norma Herrera o "Chepita", como le decía a su abuela. "Reina del bolero en Valparaíso en los años 40. Cantautora de boleros y tangos, también cantaba cuecas y tonadas, acompañada de su guitarra que hoy guardo como tesoro", cuenta Mon Laferte.

Su abuela fue el ejemplo a seguir, la impulsora de su carrera musical y la fuente de inspiración para su desempeño en el escenario. "¡Estoy súper nerviosa!" dice a su equipo predominantemente mexicano.

"La última vez que la vi cantar ante un público, ella tenía poco más de 70 años. Y estaba más nerviosa que nunca", dice Laferte sobre su abuela. "El nervio no se le va quitar me decía, es parte de la emoción de subirse a cantar. El día que no esté nerviosa retírese del escenario, porque el día que no esté nerviosa, significa que se perdió la chispa", recuerda que le dijo su abuela, consejo que no ha olvidado.

"Tu tanta falta de querer", uno de los mayores éxitos de Mon Laferte, suena de la boca de un público que no se quiere despedir, que no quiere ver finalizado aquel concierto. Una lágrima recorre su rostro. La emoción es demasiada.

https://www.youtube.com/watch?v=hQrFiL-voNU