El bajista y vocalista de la banda Kiss, se autoimpuso la impuso la misión de patentar el clásico símbolo del metal como una marca registrada para fines específicos: "entretenimiento, presentaciones en vivo por un artista musical y presentaciones personales por un artista musical".

Sin embargo, la noticia que fue revelada esta semana dio un giro, ya que la solicitud que envió el 9 de junio- y por la cual pagó $275 dólares- no siguió su curso ya que el músico se arrepintió.

En el sitio oficial de Patentes y Marcas de Estados Unidos se informa que la iniciativa "fue abandonada porque el solicitante expresó abandono" y su estado actual es "el dueño de la solicitud de marca abandonó la aplicación, por lo que ya no está activa".

Quienes se oponían a la adjudicación de este gesto, ya sea porque reclamaban un uso más amplio o bien que Ronnie James Dio es el real 'dueño', pueden estar tranquilos.