Confieso que he vivido: reeditan las memorias de Neruda con material inédito

Pablo Neruda
Pablo Neruda.

Al cuidado de Darío Oses —director de la biblioteca de la Fundación Pablo Neruda—, Seix Barral publica una edición que añade más de veinte textos inéditos a Confieso que he vivido (1974), las memorias de Pablo Neruda.


"Temuco, esta ciudad del sur de mi patria que ahora vuelvo a ver, significó toda la realidad y todo el misterio del mundo para mi larga infancia", escribe Pablo Neruda en el capítulo "El caballo de la talabartería", uno de los pasajes inéditos que incluye la reedición de sus memorias Confieso que he vivido a cargo de Seix Barral.

El episodio recuerda cuando el poeta adulto regresa al mundo de su infancia, donde el único vestigio que encuentra es un viejo caballo de madera.

"Vino todo el pueblo al estadio a escuchar mi poesía", escribe un sorprendido Neruda, emocionado por la música de un grupo de araucanos: "Los ojos se me empañaron mientras sus viejos tambores de cuero y sus flautas gigantescas sonaban en una escala anterior a toda la música".

Las vidas del poeta

Según el experto en la obra del vate, el periodista Darío Oses, el autor de Canto general siempre estuvo escribiendo sus memorias: "El poeta quería publicar este libro en 1974 para celebrar sus setenta años, pero el golpe militar de 1973 precipitó su muerte", dice el autor a Culto, en medio de un salón de la casa-museo La Chascona.

Entonces su viuda, Matilde Urrutia, concluyó la primera edición del libro en Caracas, en compañía del escritor venezolano Miguel Otero Silva.

Otro de los materiales inéditos encontrados en los archivos de la Fundación Pablo Neruda es el capítulo sobre la vida íntima de uno de sus grandes amigos, Federico García Lorca. En el libro, una nota de Urrutia aclara el motivo por el cual este pasaje no había sido publicado antes: "Fueron muchas las veces que conversamos con Pablo si debía incluirlo o no. Me dijo textualmente: 'Está el público suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico sin menoscabar su prestigio?'. Esa era su suda".

Dice Oses que la poesía de Neruda configuró una especie de borrador de sus diarios: "Su poesía siempre fue autobiográfica, de manera sutil o manifiesta".

Junto al capítulo del caballo de madera, otro de los asuntos que más le sorprendió al editor del libro, Juan Manuel Silva, es la cantidad de anécdotas y experiencias vitales del poeta: "Si hubiera inventado todo lo que escribió en estos diarios, realmente tendría la más vasta imaginación. Ahora la vida de los escritores es más aburrida".

El volumen de más de quinientas páginas tiene muchas formas de contar las muchas vidas de Neruda. Desde la narración secuencial de hechos, a la crónica de viajes, desde las evocaciones y reflexiones a la relación epistolar con distintos personajes y por supuesto la autobiografía propiamente tal. En ese sentido, Silva cuenta que la hipérbole —o exageración de un hecho— y la comparación son las figuras literarias más recurrentes en la prosa del poeta.

La edición de Confieso que he vivido prueba la necesidad de reeditar y actualizar la obra del autor de Crepusculario, un patrimonio intangible que se estudia y alcanza incluso a lectores más jóvenes, y que se amplía con este verdadero trazado de su vida que es mucho más que eso, son sus reflexiones sobre el momento que vivió, es su manera de entender el mundo, de conmover y sorprender a lectores individuales y también, por qué no, a más de una generación.

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