De Sofia Coppola a Kaurismäki: los maestros del Sanfic
Una febril historia de mujeres empoderadas ganadora en Cannes, la tragicómica vida de un refugiado sirio triunfadora en Berlín y un drama de la Segunda Guerra premiado en Venecia alimentan algunas de las películas que este año llegan al Festival Sanfic, organizado por CorpArtes.
Un grupo de muchachas de un internado en Virginia soportan el tedio y el encierro justo cuando el despertar adolescente les pide otra cosa. La vida de monjas no sienta bien con el anhelo sexual y con la inquietud emocional, y justo cuando todo parecía definitivamente condenado al ostracismo eterno, un soldado llega a parar a un bosque aledaño. No se trata de cualquier militar, sino que de uno malherido, del ejército enemigo y, para los regocijos de las ellas, bastante apuesto. Es el año 1864, en plena Guerra de Secesión, y estas jóvenes sureñas bajo el gobierno de la institutriz local desafiarán todas las leyes del combate: reciben a un enemigo, no lo entregan a su bando y, para colmo, comienzan a pelearse por su atención. Un infierno se avecina y, al parecer, al yanqui de uniforme azul le toca enfrentarse a otro pelotón.
Dirigida y escrita por Sofia Coppola a partir de la novela original de Thomas Cullinan, El seductor es una de las cinco primeras películas anunciadas en la sección Maestros del Cine del 13 Festival de Cine Sanfic, que irá desde el 20 al 27 de agosto y que es organizado por la Fundación CorpArtes.
La producción, que tendrá estreno comercial en salas en septiembre, es el retorno de Sofia Coppola a su mejor forma artística después de la discreta Adoro la fama (2013), que pasó por el Festival de Cannes con poco ruido y escasas nueces. Ahora, por el contrario, El seductor le dio el premio a Mejor director, en la más reciente edición del encuentro francés, desplazando a clásicos favoritos como Michael Haneke o Todd Haynes, también presentes en el certamen de mayo pasado.
Sanfic 2017, que se realizará en Hoyts La Reina, Parque Arauco, Cineteca Nacional y Sala Radicales, también contará con otras destacadas películas, parte del primer avance antes de la programación general que se conocerá el próximo viernes 28: The other side of the hope, del finlandés Aki Kaurismäki; The day after, del coreano Hong Sang-Soo; Paradise, del ruso Andrei Konchalovsky, y A quiet passion, del británico Terence Davies. Todas, salvo la elogiada propuesta de Davies, han logrado premios de primera importancia en los festivales de cine más relevantes de Europa, de Berlín a Venecia. La venta de abonos al 13 Sanfic ya comenzó en Hoyts La Reina y Parque Arauco ($12.500 abono general y $9.000 estudiantes y tercera edad). La entrada general, en tanto, será de $ 3.000.
En el universo de un centenar de películas que el encuentro santiaguino traerá este año, la cinta de Sofia Coppola se destaca como un caso aparte de apropiación narrativa y temática: la directora de Perdidos en Tokio logró transformar una novela en que el personaje masculino tenía un rol más activo a una curiosa fantasía feminista donde el cabo McBurney (Colin Farrell) es el plato de fondo de un grupo de mujeres empoderadas. Antes, en 1971, la misma novela original había sido llevada al cine por la dupla de Clint Eastwood en la actuación y Don Siegel en la dirección (es decir, los mismos de Harry, el sucio) para construir un largometraje menos sofisticado y más simple y masculino. Tenía, eso sí, más humor que el racional trabajo de Coppola.
Para esta película otra vez reclutó a Kirsten Dunst en el rol de Edwina (su actriz en Las vírgenes suicidas y María Antonieta) y también están Nicole Kidman como la institutriz Miss Martha y Elle Fanning en el rol de la vengativa Alicia. En este grupo, la única que parece respirar cierta bondad de ánimo original es Edwina (Kirtsen Dunst), quien ayuda a McBurney quizás con demasiadas buenas intenciones.
El finlandés infalible
Desde Berlín, festival donde este año logró el Oso de Plata a la Mejor dirección (muchos críticos opinaban que debía haber ganado la competencia) llega The other side of the hope, la nueva cinta del director finés Aki Kaurismäki. El realizador de El hombre sin pasado (20002) es uno de los pocos en el cine mundial que genera acuerdo entre los críticos y con cierta unanimidad lo ranquean entre los mejores, más allá de las modas, las tendencias y las relaciones públicas.
Su estilo es único: puestas en escenas muy simples, humor lacerante, personajes entrañables y con tendencia a jugar por el equipo de los perdedores, historias mínimas. En The other side of the hope, Kaurismäki cuenta la travesía de dos hombres al borde del abismo: Wikström (Sakari Kuosmanen) abandonó a su mujer alcohólica y tiene problemas para su incipiente restaurante, pero en el camino encuentra al refugiado sirio Sherwan Haji (Khaled), que le ayudará en esta tentativa empresa.
Otro personaje en territorio emocional incierto es Kim (Kwon Hae-Hyo), el melancólico editor de libros que en The day after tiene problemas con su esposa al ser descubierto en pleno flirteo con su secretaria. En esta película de Hong Sang-Soo, estrenada en Cannes 2017, Kim debe cambiar de asistente, pero como la suerte parece no cantarle al oído, otra vez cae en las redes del entuerto emocional: su mujer cree que está teniendo un nuevo desliz amoroso con la secretaria del momento y el pobre Kim termina bebiendo más alcohol que nunca en el bar de la esquina.
Considerado uno de los grandes cineastas contemporáneos de Corea del Sur, Hong toca siempre la misma tecla, pero lo hace con tal virtuosismo que pareciera encontrar la renovación infinita en cada nueva propuesta. Sus temas son el amor fugaz, el cine, el alcohol en tanto catalizador de las pulsiones del alma y, ahora más que nunca, las mujeres.
Desde Rusia arriba Paradise, de Andrei Konchalovsky, el cineasta que alguna vez brilló con Los amantes de María (1984) y luego cayó en el semiolvido. El año pasado despertó y se llevó nada menos que el León de Plata a la Mejor dirección en Venecia por su película Paradise, filmada en blanco y negro, como The day after. Konchalovsky viaja al año 1944 y cuenta una historia de nazis, colaboracionistas franceses y rusas aristócratas: el centro de la trama converge en un campo de concentración y en este caso la ironía es que el "paraíso" del título es más bien la quimera de cada cual.
Sin premios de grandes festivales, pero tal vez con las mejores críticas del grupo (junto a la de Kaurismäki) llega A quiet passion, la nueva cinta del veterano cineasta y documentalista británico Terence Davies. Autor de sensibilidades casi poéticas y enemigo de las concesiones, Davies ha tenido a actrices conocidas en sus últimas creaciones. Después de contar con Rachel Weisz para The deep blue sea, ahora tuvo a Cynthia Nixon (Sex and the city), que en A quiet passion interpreta a la poeta Emily Dickinson, nombre fundamental de las letras estadounidenses del siglo XIX y caso raro de reclusión: apenas 12 de sus 1.800 poemas salieron a la luz durante su vida.
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