Lo dijo Brad Angle, editor de la revista Guitar World, a mediados de 2015: "Es difícil imaginar un mundo sin Slayer". Gran frase, sin duda, dicha en la víspera del lanzamiento del álbum Repentless, pues encierra el imaginario de parte de una generación. Sin embargo desde hace un tiempo hay entre los fans de Slayer una sensación un tanto pesimista: la idea de que falta poco para que la banda se termine. En algunas entrevistas los músicos, especialmente Tom Araya, han dejado entrever lo que no todos queremos aceptar: que el tiempo pasa y pesa; que nadie de cincuenta años puede tener la misma energía que a los veinte. Menos aún si tocas metal como el que toca Slayer.

Los californianos publicaron Show no Mercy, su primer álbum, en 1983. De entonces no han parado. La última vez que estuvieron en Chile fue hace poco, en mayo. Vinieron a presentar su nuevo trabajo. Un poco tarde, pero valió igual. Fue un buen show. Y Repentless es un buen disco, publicado con un nuevo sello. Para la promoción del álbum Slayer grabó tres videoclips con el realizador BJ McDonnell ("Repentless", "You Against You" y "Pride in Prejudice") que en conjunto y en ese estricto orden forman un solo relato, el cual desde comienzo de año también ha sido publicado en forma de cómic y por entregas a través de Dark Horse. La primera apareció a comienzos de este año, la segunda en abril y la tercera acaba de cerrar la historia.

Desde luego, la serie Repentless recoge la temática y la estética que Slayer ha cultivado en las letras de sus últimos álbumes: de la oscuridad diabólica de antaño pasaron a la violencia marginal, las pandillas, la lucha contra ideologías torcidas y la descripción de paisajes desolados donde la vida es posible sólo en la medida que se impone a otra vida.

"Contar una historia sobre la lealtad, la traición, la sangre, el amor, la muerte y la familia. Todo eso fue lo que me motivó a escribir esta historia", dijo Jon Schenepp en la presentación del proyecto en la Comic-Con International en julio del año pasado, y que contó con el ilustrador Guiu Villanova y el colorista Mauricio Wallace. "Para mí, los libros de comic y el heavy metal han sido siempre dos grandes elementos que combinan muy bien juntos. Es un viaje que hacemos a través de dos formas de arte. Ha sido una combinación poderosa y explosiva".

Repentless cuenta la historia de Adrian y Wyatt, dos hermanos adolescentes cuyos padres fueron asesinados y que desde entonces quedan a cargo de un tío, quien los forma en el mundo del neonazismo y las barridas. Así pasan sus años formativos, hasta que en uno de estos enfrentamientos Wyatt pierde un ojo y decide dar un paso al costado. Esto, por supuesto, marca el curso de la historia: Wyatt será perseguido por su hermano, quien al poco tiempo toma el lugar de su tío en la cabeza de la organización extremista. Para hacerle frente, Wyatt tendrá la ayuda de un grupo de pandilleros, entre quienes hay algunos que se parecen bastante a los miembros de Slayer. Comienzan así las batallas campales, los motines, los apaleos, los cuchillazos, las decapitaciones y los desmembramientos (sin contar la constante serie de referencias a títulos o coros de canciones que los conocedores de la banda sabrán distinguir).

Para muchas bandas de rock las letras nunca han sido un tema relevante. Varias siempre terminan de escribirlas en el estudio, a poco de grabar las voces. En el caso de Slayer esto ha ocurrido más de una vez, sobre todo al comienzo. Sin embargo, con el paso de los años y la experiencia la puntería se ha afinado. El lado feo de la vida sigue estando allí pero transformado en arte. Porque si Slayer logró definir buena parte de los patrones de un estilo musical incombustible, su imaginario también ha logrado matices. No por nada una vez le pidieron a Tom Araya que describiera al fan de Slayer y él dijo que era el chico más feo de la cuadra. Así de simple y así de complejo. Como sea, acá está la lectura indicada para todos ellos.