—If you're the Devil, why not make the straps disappear?
—That's much too vulgar a display of power, Karras.
Casi dos décadas más tarde, el diálogo que sostuvieron el padre Damien Karras y Regan MacNeil, o ese demonio que poseía a Regan MacNeil en El exorcista (1973), cobró vida en el sexto disco de Pantera. Una idea que nació a partir del fanatismo de Phil Anselmo, que no lograba sacar de su cabeza esa famosa línea, y que se pudo apreciar en cada uno de los elementos que rodearon el trabajo. La icónica portada, acertado retrato de un puñetazo, y las guitarras más rabiosas de la época lo confirmaron: fue la mayor demostración del poder de la banda. También confirmó su refundación: atrás quedó el extravagante glam; acaso la evolución que tomó forma con Cowboys from hell alcanzó su punto exacto con Vulgar display of power. Pantera consiguió algo nuevo, un cambio estructural en lo que era hasta entonces el metal. Más exactamente, un cambio en el cómo hacer metal: alcanzó un sonido más moderno y salvaje. Y precisamente era ésa la motivación del cuarteto: hacer un disco lo suficientemente pesado para llenar el vacío que había dejado Metallica, referentes de la escena, tras "abandonar" el camino que los caracterizaba con el lanzamiento de su álbum homónimo. Así, los cortantes y demoledores riffs de Dimebag Darrell, la siempre potente batería de Vinnie Paul y el áspero cantar de un Phil Anselmo -en su mejor momento- dieron a luz algunos de los clásicos instantáneos de la agrupación, como "Fucking Hostile", "This Love" y "Walk". El trabajo fue incluido por Rolling Stone como el décimo disco más importante en la historia del metal. Con Vulgar display of power, tal como en la portada, Pantera logró su golpe más fuerte y profundo.
https://www.youtube.com/watch?v=Nx08MK_O_TQ