Gabriela Wiener: "El Perú no solo se jodió, el Perú nos jodió"

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La cronista peruana está en Santiago para presentar Dicen de mí (Estruendomudo), un libro en donde entrevistó a sus conocidos para hacer lo que haría para un artículo: buscar a sus fuentes para verificar y contrastar la información, pero ese método de trabajo lo aplicó a su propia vida. "Me he hecho un fact checking hablando con las personas de mi vida. Y han salido cosas interesantes", dice ella.


-¿Qué tan determinante es la experiencia al momento de escribir?

-Para mí es determinante, y creo que para cualquier escritor lo es, puede ser solo un punto de partida desde el que empezar a fabular o puede ser un territorio propio. Para mí es lo segundo. Es el lugar del que parto y al que llego.

-¿Me gustaría saber cómo nace Dicen de mí y este registro de personajes que hablan de ti?

-La entrevista es un uno de los géneros periodísticos que más he fatigado. Debo haber entrevistado a un millón de personas desde que empecé como periodista cultural a fines de los años 90s. He entrevistado gente muy interesante y gente sin ningún interés. Siempre cuento que empecé a hacer periodismo en primera persona, el gonzo y luego estos ensayos personales y raros para escapar de la vida de los otros. Tuve una sobredosis, así que un día empecé a ocuparme de mí. Hace unos años, en paralelo a todo lo demás, volví a ser entrevistadora, porque de algo tengo que vivir. Empecé a hacer series distintas de entrevistas para el periódico peruano en el que escribo, La República, y me dejaron hacer una serie que llamé "Entrevistas con gente de mi vida". Así nació el proyecto. Publiqué unas cuantas y me la cancelaron; una vez más salió la típica gente, con la que siempre me encuentro, diciendo que a quién le interesa mi vida. A ver, es comprensible. Fue un milagro que aceptaran acoger ese experimento. Yo volví a entrevistar a escritores de éxito y activistas trans. Pero el proyecto del libro quedó abierto y solo tuve que completar las entrevistas que sentí me faltaban.

Cuenta Gabriela Wiener que, mientras el notable periodista del New York Times, David Carr, escribía sus memorias, La noche de la pistola (Libros del KO), llamó a sus conocidos para preguntarles por qué el detalle que mejor recordaba era el que más falso parecía, y entonces todo su pasado cambió.

-Hizo lo que haría para un artículo: buscar a sus fuentes para verificar y contrastar la información pero ese método de trabajo lo aplicó a su propia vida. De alguna manera, creo que Dicen de mí está en esa línea, me he hecho un fact checking hablando con las personas de mi vida. Y han salido cosas interesantes. Mi idea fue forzar uno de los géneros que suelo fatigar más, el de la entrevista, pero para hablar de un único tema: yo. Esto me permitió tener diversas perspectivas e ir reconstruyendo la identidad de esa criatura, que puede ser o no ser Gabriela Wiener, a partir de las miradas, a veces benevolentes, otras veces crudas, de los otros.

-Hay quienes dicen que la literatura es lo que las palabras despiertan en el lector. ¿Qué es para ti?

-Para seguir el loop, una vez me entrevisté a mí misma y ahí dije que la literatura es una araña descubierta sobre la tabla de picar la carne que se escapa por un hilo invisible hacia algún lugar sobre tu cabeza y te deja agitando una piedra en al aire. A mí me pasó. También es ese barco, decía Pizarnik, que partió de mí llevándome.

-¿Escribir libros tan íntimos o narcisos (pienso en Sexografías y en Dicen de mí) podría ser como lanzar un búmeran?

-El origen de todo ha sido una curiosidad latente, forjada poco a poco desde que tengo uso de razón –llámale paranoia– de saber qué piensa realmente la gente de mí. Este libro, como digo en la pequeña advertencia del inicio, ignora abiertamente los discursos de superación personal que aconsejan no preocuparnos nunca por el qué dirán. Después de probar que dejar de pensar en eso no te hace mejor persona, decidí que debía hacerle caso a mi obsesión compulsiva y convertirla en otra cosa. En un canto a mí misma que por primera vez no canto yo. Sexografías es otra cosa, es un libro por el que deambulan muchos otros personajes, aunque con todos me encuentro. Es posible que mañana acabe conmigo (literariamente hablando). Ahora bien, tengo otra esperanza: que mi intimidad se encuentre con la intimidad del otro, que contándome quizá cuente a alguien más. Escribo quizá con la esperanza de que las exploraciones y ejercicios en torno al sujeto, poniéndome de conejillo de indias, acaben más en conocimiento que en aburrimiento. Por ahora no me he aburrido, es más sigo encontrando muy divertido escarbar en mí y leer a otros que escarban en sí mismos.

-Karl Ove Knausgard dice que se hizo escritor porque le rompieron la infancia. Cómo ocurrió contigo, ¿por qué escribes?

-A todos nos rompen la infancia de una u otra manera. Empecé a escribir porque no tuve más remedio. Desde niña me perseguía un sentimiento trágico de la vida. Recitaba poemas de Vallejo en las formaciones del colegio con el consiguiente bullying. El acoso escolar, el cielo limeño, mis padres comunistas, los apagones, la inflación. Todo se confabuló para que escribiera mi primer poema surrealista. Mi profesor de literatura lo colgó en el periódico mural y siguió el bullying. No era muy diferente al presente. Escribo para seguir dando la contra, para no sentirme miserable.

-Hemingway contaba que el periodismo le dejó la necesidad de escribir un comienzo contundente que atrape al lector y que además es muy útil saber irse a tiempo. ¿Qué te dejó a ti?

-El periodismo no me ha dejado, ni yo lo he dejado a él. Seguimos en concubinato. Soy columnista, hago entrevistas, reportajes, crónicas y cuando hago libros se me ocurre hacer libros como Dicen de mí, donde hago cosas que no deben hacerse con el periodismo, pero que me da la gana de hacer y que no podría ni intentar si no fuera también periodista.

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El Perú

-¿Cómo evalúas el primer año de gobierno de Pedro Pablo Kuczynski?

-¿Gobierna P. P. Kuczynski? Primera noticia. Creo que te has equivocado, gobierna el fujimorismo.

-¿Sigue presente el fantasma de Fujimori y su indulto en el Perú? ¿Cómo lo ves tú?

-Fujimori no es un fantasma, es un ser de carne y hueso que gobierna el Perú desde la Base Naval del Callao (N. de la R: está en el Penal de la Diroes), mueve los hilos de su bancada y manipula a sus hijos, que tienen la más alta intención de voto en las encuesta y que siguen presionando para que PPK conceda el indulto a su padre, en especial Kenji, y están muy cerca de lograrlo. Keiko tiene otras cosas más urgentes, por ejemplo ver cómo se salva de la acusación de haber recibido plata de Odebrecht para su campaña electoral. Por la misma razón otro expresidente, Humala, acaba de entrar a la cárcel. Pero ella tiene un trato diferente, tanto del poder judicial como de los medios. Todo lo que está pasando nos trae muy malos recuerdos. De un tiempo en que el fujimontesinismo tenía compradas a todas nuestras instituciones.

-¿Qué opinión te merecen Alan García y Ollanta Humala?

-Alan García es el Rasputín del reino. Es quien encarna el mayor caso de impunidad que se ha visto nunca en un exgobernante peruano: corrupción, crímenes de Estado, narcotráfico... Concentra todos los delitos cometidos por los demás en una sola persona. Y sin embargo, se pasea libre, vive en Madrid a buen recaudo. Se salva de todas. Sabe demasiado. Y no descarto que lo elijan presidente por tercera vez. Si Alan es el zorro astuto de la política, Ollanta Humala es el presidente taimado, pusilánime, superado siempre por sus circunstancias. Le quedó enorme el cargo. Primero traicionó a la izquierda que le ayudó a llegar al poder. Y ahora la derecha a la que se arrimó lo niega. Su liderazgo, si alguna vez existió, ha muerto. No tiene ningún futuro político. Solo le queda luchar por reducir la pena de cárcel que le va a caer.

-Parafraseando a Vargas Llosa, ¿en qué momento se jodió el Perú?

-El Perú se jode cada día de su vida. Su jodienda es un estado activo, una caída libre perpetua. Y te voy a decir otra frase cierta: el Perú no solo se jodió, el Perú nos jodió.

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* Este viernes, Gabriela Wiener realizará la conferencia "Ensayar la experiencia" en una Cátedra Abierta de la Universidad Diego Portales, donde será presentada por la escritora y editora Claudia Apablaza. Las coordenadas son: 11:30 horas del viernes, en Vergara 240, Santiago..

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