Muere John Ashbery, uno de los mayores poetas de EE.UU.
Considerado uno de los autores líricos más destacados de su país junto a Lawrence Ferlinghetti, Ashbery falleció hoy a los 90 años.
Comenzó escribiendo a los ocho años y no paró más. Jamás le importó demasiado la inteligibilidad de sus escritos y aunque muchas veces sus obras eran oscuras, su irreductible personalidad literaria fue lo que siempre se impuso. Así es como en los últimos años John Ashbery se instaló como uno de los dos grandes poetas vivos de Estados Unidos junto al aún más longevo Lawrence Ferlinghetti (98 años). Si éste último hizo de San Francisco y la costa oeste su residencia clásica, Ashbery se refugió en la costa este, concretamente en Hudson, en el estado de Nueva York, donde hoy murió. De acuerdo a su esposo, David Kermani, Ashbury falleció en la mañana por causas naturales.
Ganador del Premio Pulitzer y del National Book Award de 1976 por su libro Autorretrato en espejo convexo, John Ashbery era uno de los usuales mencionados a la hora de hablar de candidatos al Premio Nobel de Literatura. En Chile ejerció influencia además en varios autores y en algún momento el escritor estadounidense nacido en Rochester en 1927 dedicó elogiosas palabras a Raúl Zurita.
Miembro de la llamada Escuela de Nueva York de los años 40 y 50, particularmente de la segunda horneada de estos autores, John Ashbery se encaminó estilísticamente en un camino meditativo, con una especial relación con Nueva York y, como otros autores de la Escuela, mirando hacia el expresionismo abstracto y a Andy Warhol en la pintura. Según el propio Ashbery, su obra "se sostiene sobre una improvisación interminable: nunca he tenido un protocolo que cumplir".
Su relación con Warhol comenzó en el período en que era crítico de arte para las revistas New York y Newsweek, donde le dedicó varias reseñas elogiosas. Por esta época también vivió en Francia y se puso bajo la influencia del surrealismo de Raymond Roussel. Nació así su poesía de las inesperadas combinaciones verbales y fuertes imágenes visionarias, que él mismo definió "instantáneas" de los contenidos y de los procesos mentales. Así buscaba expresar el flujo de una consciencia individual que se enfrenta a la contingencia de los fenómenos y la realidad del mundo.
La obra de Ashbery, que curiosamente era uno de los poetas más vendidos en Estados Unidos, no era de fácil acceso y el propio escritor W.H.. Auden, quien fue jurado en uno de los concursos literarios que ganó Ashbery, declaró no haber entendido una sola palabra de su libro Algunos árboles.
La corriente de la conciencia y el impulso primigenio el estímulo externo eran parte habitual de su pluma. Por eso y por otras razones más fue un auténtico original y el crítico estadounidense Harold Bloom le dedicó en vida las siguientes palabras: "No hay nadie escribiendo hoy en lengua inglesa que vaya a sobrevivir mejor al juicio del tiempo que John Ashbery. El se une a la secuencia de poetas americanos que incluyen a Walt Whitman, Emily Dickinson, Wallace Stevens y Hart Crane".
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