El popular mimo Tuga, de Valparaíso, protagoniza Mis primeras cuatro estaciones, concierto teatralizado que introduce en forma sencilla a los movimientos de la obra cumbre de Antonio Vivaldi.
La creación trata de cómo el mimo Tuga se encuentra con el compositor veneciano, quien lo sumerge en su obra, haciéndolo recorrer los cuatro sonetos que la componen: Primavera, verano, otoño e invierno. De esta manera, con 12 músicos y una bailarina en escena, se invita al público a descubrir y entender los fenómenos naturales, animales, estados de ánimo y las celebraciones de cada una de estas estaciones.
"Con una atmósfera mágica, Mis primeras cuatro estaciones, es una fabulosa experiencia musical y sensorial tanto para niños como para adultos", señala el Teatro Municipal en su página web.
La obra forma parte del programa Pequeño Municipal, que busca ampliar el público que accede a la cartelera de este tradicional espacio cultural.
El coprotagonista de la obra es Marcos Araya, quien representa a Vivaldi. La dirección musical está a cargo de Pedro-Pablo Prudencio, el Violín solista es Raúl Orellana; Christine Hucke es la directora de escena; Diego Urzúa (escenógrafo).
Las funciones de carácter familiar –pensada para personas mayores de 6 años- se desarrollan este sábado 9 y domingo 10, a las 12 y 16 horas.
El arte de calle llega al Municipal
Más allá de la calidad de la puesta en escena, lo que llama la atención de Mis primeras cuatro estaciones es la presencia protagónica del mimo Rodolfo Meneses, de 32 años, cuyo personaje Tuga se ha convertido en un fenómeno social y cultural en Valparaíso, y que ha obtenido importantísimos reconocimientos a nivel internacional.
Meneses señala que "estar en el Municipal es un nuevo reconocimiento a mi trayectoria, la cual he logrado validar desde el espacio público, que es mi hábitat natural, donde yo quiero seguir trabajando".
Por otra parte, señaló que "es muy motivador poder trabajar con el nivel de artistas que están participando en esta obra".
Sobre llegar al Municipal, afirma que "es un gol de media cancha. Significa que el arte de calle es un escenario más, no es mejor ni peor, no es el hermano pobre del teatro, como muchas veces se ve. Significa que el escenario de la calle puede albergar a los mejores artistas y exponentes de cada disciplina, teniendo la ventaja de ser más democrático porque en la calle el que ve un espectáculo es el que quiere, al teatro va el que puede", manifestó.
Tuga obtuvo en 2011 el Premio del Público en el prestigioso Festival de Mimos en Périgueux, Francia. En mayo de 2015, con el espectáculo "Con su permiso", Meneses ganó en Tenerife el Gran Premio Mueca, otorgado por la Red Eurolatinoamericana de Artes Escénicas (REDELAE), ante más de 16 mil personas.
Pero, según él, su más importante galardón se lo dio una espectadora que fortuitamente presenció, en 2012, en las afueras del teatro Opera, de Madrid, un espectáculo suyo. "En eso aparece una señora que me deja una carta en la gorra: era Geraldine Chaplin, quien me dijo que yo 'le recordaba mucho a su papá, que en mi actuación sintió como si su alma nos visitara'. Para mi este es el premio más grande que he recibido, porque yo no creo mucho en los títulos universitarios que dicen que tú eres una cosa, pero sí creo en el reconocimiento de tus pares, sobre todo si viene de una tan importante actriz, quien me compara con su padre el maestro de maestros Charles Chaplin".
Rodolfo Meneses sale de Santiago en 2003, a los 18 años. Ya entonces ejercía como mimo en la calle. "Dejé tirada las universidades y me fui a recorrer. La disyuntiva era castrarme o ser honesto con mi querer… y elegí este último camino. En 2005, en uno de mis viajes, llegué a Valparaíso… encontré la Plaza Victoria, y ahí me quedé".
Tuga recuerda que en los primeros años en la ciudad puerto tuvo "muchos encontrones" con Carabineros, quienes lo detuvieron en varias ocasiones lo que provocó que tumultos fueran a pedir su liberación a la comisaría de calle Colón. "Esto fue fantástico –dice Meneses- porque evidenció la realidad del arte de calle en Chile, y la represión que existe contra los artistas de calle o con cualquier persona que quiere decir algo en el espacio público y usarlo para algo más que para transitar. Estas detenciones me trajeron mucha difusión, por lo que siempre doy las gracias a carabineros que se convirtieron en mis grandes promotores (risas)".
Entre 2005 y 2007 su presencia en Valparaíso la intercaló con su adiestramiento en la Escuela de Mimo Teatro de Buenos Aires, de Roberto Escobar e Igón Lerchundi.
"Ellos, mis maestros, me transmitieron el amor a la gestualidad, al silencio y el respeto que uno tiene que tener ante el arte del mimo, que no es menor, que contiene una técnica ancestral, la que hay que llenar con la emoción de lo que uno quiere transmitir".