Un paréntesis de tres años y medio. Ese fue el lapso que transcurrió desde la última vez que el Estadio Monumental de Santiago se estremeció con un megaconcierto, en marzo de 2014, cuando Metallica hizo escala con ese espectáculo montado casi en formato delivery, con los fanáticos escogiendo previamente el listado de canciones.
Ahora la casa de Colo Colo volverá a ceder su cancha central a otro clásico incubado en los 80, quizás de menos voltaje pero de igual popularidad: Bon Jovi se presentará este jueves 14, desde las 21.00 horas, como parte de su tour mundial This house is not for sale. De hecho, Santiago es la primera fecha del tramo sudamericano que luego continuará por Argentina y Brasil.
Eso sí, la vuelta del Monumental a la cartelera es casi circunstancial. Debido a que sus organizadores, la productora DG Medios, no pudieron utilizar el Estadio Nacional en esta fecha -se está usando en los preparativos para los eventos de Fiestas Patrias-, se vieron obligados a mudarse a Macul. Será una temporada estelar para el reducto, ya que el 29 y 30 de este mes albergará el festival Stgo Rock City, encabezado por The Who, Guns N' Roses, Def Leppard y Aerosmith, cita que tampoco pudo aterrizar en el coliseo ñuñoíno, ocupado esa semana por los Juegos Sudamericanos de la Juventud.
De cara al mañana
Como fuere, el Monumental se alista para cobijar esta semana a uno de los recitales más ambiciosos del momento. Aunque Bon Jovi asoman como héroes de antaño, la banda -y en particular su líder, cantante y rostro protagónico- se ha encargado de actualizar su legado y de exhibir una ostentosa modernidad en cada nueva fase.
Por ejemplo, el escenario posee tres pantallas gigantes (dos laterales de 9 x 9 metros, y una central de 18 x 10), y cuenta con 380 luces móviles. La estructura se empezó a levantar ayer a primera hora y la llegada de los músicos se espera para mañana o el mismo jueves, en un avión privado que partirá desde Estados Unidos.
Esta vez, el elenco tendrá algunas modificaciones. La agrupación estadounidense viene con el histórico baterista Tico Torres, quien no estuvo en el último show en Santiago, en septiembre de 2013 en el mismo Monumental, debido a que fue operado a última hora por una apendicitis.
En contraparte, y tal como sucedió hace cuatro años, otro ilustre, el guitarrista Richie Sambora, no estará en escena, retirado desde esos días para iniciar un proceso de rehabilitación por problemas de alcoholismo. En su puesto asoma Phil X, cotizado sesionista que ha tocado con Rob Zombie, Alice Cooper y Avril Lavigne, entre muchos otros, parte también del último álbum de Bon Jovi, bautizado precisamente como This house is not for sale (2016).
Aunque la actualidad siempre parece ser su eje, la oferta de composiciones que hoy muestran en vivo sugiere una inclinación hacia los tiempos que no volverán. Del promedio de 23 temas que despliegan en su actual espectáculo, 16 son tracks de sus años más memorables, remitidos a la década de los 80 y los 90, con sólo siete extraídos de su último título.
Ya el tercero es un himno indiscutido (You give love a bad name), mientras que sobre el cierre el trayecto hacia el pasado semeja un emotivo tobogán, con "Lay your hands on me", "Born to be my baby", "Have a nice day", "Bad medicine", "Keep the faith", "Wanted dead or alive" y "Livin' on a Prayer".
Según informa DG Medios, hasta ayer se habían vendido alrededor de un 80% de las localidades, en un estadio con capacidad para cerca de 45 mil personas. Los boletos siguen disponible a través del sistema y los locales de venta de Puntoticket.
En Sudamérica, el propósito de Jon Bon Jovi y su tropa es seguir estirando su invulnerable huella en el tiempo, casi inmune a los giros de la industria o a los géneros de moda. Como prueba, su última entrega debutó número uno en el ránking Billboard (es su sexto disco en conseguir tal mérito) y su anterior periplo, titulado Because we can, fue por lejos el más rentable de 2013 en todo el orbe, acumulando US$ 259 millones en un total de 102 fechas.