"¡Pero qué energía, qué onda, qué mojo!", exclama Tom Petty, apenas se acerca al micrófono luego de una breve caminata por el escenario junto a sus compinches de los Heartbreakers. El compositor se toma su tiempo antes de colocarse su guitarra. "¡Pero qué energía hay acá!", continúa, mientras una nube de humo comienza a subir desde la cancha del Forest Hills Tennis Stadium, un court central ideal para conciertos en Queens al que sólo se ingresa con tickets electrónicos. Fue aquí donde surgió el torneo de tenis Us Open.

La "onda" de la que habla Petty se palpa en el lugar, una suerte de museo vivo del rock porque fue aquí donde debutaron los Beatles en su primera gira por Estados Unidos, con dos conciertos en agosto de 1964. A modo de "homenaje", el hombre de "Free fallin", también entrega dos noches para festejar sus 40 años de carrera en la ruta. Fue en este barrio donde también nació The Ramones. Un gran mural recuerda ese hito y los fans se fotografían felices aquí.

Ante 15 mil fervorosos fans, Tom Petty & the Heartbreakers hace de las suyas, en medio de un ambiente de fiesta. El cantautor estadounidense nacido en Florida ya viene de vuelta y abre su show con "Rockin' around (with you)", el primer tema de su disco debut de 1976. Por las pantallas se visualizan imágenes de la era setentera de la banda.

Mike Campbell, el socio de Petty, se cuelga su Rickenbaker roja, su marca registrada. El guitarrista, gran motor y articulador del sonido de la banda, ha dicho que adquirió ese instrumento de segunda mano por 150 dólares en los 70 y que se llevó una gran sorpresa al enterarse que correspondía a la misma serie que utilizó George Harrison en A hard day's night. Esta misma guitarra adorna la carátula del álbum que llevó al estrellato a Petty: Down the torpedoes, de 1979. Ahora suena "Mary Jane's last dance".

Los Heartbreakers, qué decir, se conocen de memoria y transmiten su camaradería al público. Benmont Tench, uno de los mejores tecladistas de las últimas décadas, crea atmósferas únicas, mientras Ron Blair acaricia su bajo de sonido profundo. El bajista, ausente del grupo entre 1982 y 2002, ha reconocido que le da pánico olvidar las notas de los temas que nunca grabó en estudio, pero ese nerviosismo no es palpable. Muy por el contrario, hace una dupla perfecta con Scott Thurston, el guitarrista rítmico y hombre clave de las segundas voces.

Petty, que está de fiesta, pone toda la carne a la parrilla. Así, pasan "You got lucky, I won't back down", "Free fallin'", "It's good to be king", "Learning to fly" y "Yer so bad", con un juego de luces similar al de la gira In rainbows de Radiohead, con luces que suben y bajan del escenario. El remate es con "I should have known it", "Refugee", "Runnin down a dream" y "American girl" al final. A esa altura, el público está vuelto loco y feliz.