En 1970 el novelista británico Malcolm Bradbury, inspirado por lo que sucedía en Estados Unidos decidió abrir en la Universidad de East Anglia el primer master de escritura creativa de Reino Unido. Toda una novedad para la academia británica que por esos años consideraba incluso casi una herejía sugerir que la labor de un novelista pudiera enseñarse en una sala de clases. Como recordó hace algunos años The New York Times, cuando el curso fue anunciado por primera vez, sólo un joven licenciado en literatura postuló. Su nombre: Ian McEwan. A partir de ese momento comenzó a gestarse el mayor boom literario británico de las últimas décadas y la iniciativa de Bradbury empezó muy luego a reproducirse en otras universidades británicas. Con razón, en mayo de 2012 la localidad de Norwich, donde se encuentra East Anglia, fue galardonada por la Unesco con el título de Ciudad de la Literatura, una de las sólo seis que gozan de ese honor en el mundo.
Pero todo comenzó en la mente de Bradbury. Autor de novelas como Eating people is wrong y la aclamada The History man, el mayor logro del escritor británico estuvo en su rol como promotor de la cultura y su capacidad de convertir a East Anglia en "el centro más influyente de escritura creativa de Reino Unido", según The Times de Londres. "Transformó su curso en una meca para estudiantes que buscaban algo menos dogmático y rígido, más creativo y que mirara hacia adelante", agregó el periódico londinense. "Podías llegar con cualquier tipo de escritura y él le insistiría al grupo que lo viera con seriedad y lo evaluara en sus propios méritos", recordó hace unos años el escritor británico Kazuo Ishiguro, recientemente galardonado con el Premio Nobel de Literatura y otro de los alumnos de East Anglia que integraría luego la ya famosa generación Granta junto al propio McEwan, Martin Amis y Julian Barnes entre otros.
Epicentro literario
Al final de su primer año en East Anglia, McEwan había escrito 20 cuentos y el esquema de su primera novela, El jardín de cemento, que sería publicada en 1978. Un año después ingresó al máster Ishiguro, recién graduado en la Universidad de Kent en literatura inglesa y filosofía. "Llegué casi por accidente", recordó hace algunos años en una entrevista a la prestigiosa Paris Review. "Hoy es un curso famoso, pero en esos días era una idea cómica, alarmantemente norteamericana. Incluso supe que no se había dictado el año anterior por falta de postulantes", contó el flamante Nobel de Literatura que reconoció que el hecho que McEwan hubiera pasado por allí fue decisivo. "Lo consideraba el escritor joven más emocionante del momento". En ese periodo Ishiguro empezó a escribir su primera novela, Pálida luz en la colina, que publicaría en 1982. Un año después aparecería en la famosa lista de Los mejores jóvenes novelistas británicos.
Por las aulas de la Universidad de East Anglia pasaron, además, una larga lista de galardonados con los más prestigiosos premios literarios británicos. No sólo ganadores o finalista del más importante de todos, el Man Booker Prize -como Anne Enright, Toby Litt y Mohammed Hanif-, sino también premiados con el Orange Prize, el T.S. Eliot Award, el Dylan Thomas Prize y el The Guardian First Book Award. Tracy Chavalier, la célebre autora de La joven de la perla también está entre sus ex alumnos. East Anglia es también, como aseguró hace unos años Ian McEwan, un epicentro de actividad literaria. En su lista de profesores se ha concentrado gran parte del talento literario de la actualidad. Entre los que dictaron clases en el curso están Martin Amis, Margaret Atwood, Richard Ford, David Lodge, W.G. Sebald y Richrad Holmes entre otros.
Pero el talento de Bradbury no estuvo sólo en crear el master de la Universidad de East Anglia sino en su rol como verdadero promotor literario. Todos los años organizaba una fiesta en su casa para presentar a los nuevos escritores a agentes literarios y su osadía de crear un master de escritura creativa en Reino Unido hace 47 años terminó siendo replicada por más de 140 universidades británicas desde entonces.
"Inmediatamente después de ganar el Booker Prize en 1998 estaba rodeado de voces entusiastas (…) en un momento perdí a la gente del Booker y me metí en una sala vacía", contó hace unos años McEwan. "Salí por otra puerta y me encontré frente a un largo pasillo. Y viniendo hacia mí a la distancia vi a Malcolm y su esposa Elizabeth. Nos acercamos como en un sueño (y nos abrazamos). Recuerdo haber pensado que eso se debe sentir al estar muertos". Un episodio que parece cerrar el círculo del exitoso rol de Bradbury en la literatura británica.