Hace más de 15 años comenzaría a escribirla. Quería novelar la historia sobre los esclavos afroamericanos al sur de EEUU en el siglo XIX. Leyó por entonces algunos libros históricos. Pero no daba con la novela. Así Colson Whitehead (47) siguió publicando ficciones como lo venía haciendo desde 1999. Una de sus últimas entregas fue una aventura sobre zombies en Nueva York desarrollada en Zone one (2011).
"En América lo raro era que las personas eran cosas (...) Una esclava paridora era un filón, dinero que alumbraba dinero. Tu valor determinaba tus posibilidades", se lee en El ferrocarril subterráneo. La novela que el autor estadounidense construyó luego de leer miles de documentos que reproducen testimonios de esclavos, incluyendo Memorias de una esclava, de Harriet Jacobs.
Publicada en 2016 en EEUU, la historia comienza narrando la vida de los antepasados de Cora, la joven protagonista; los amargos años de Ajarry, su abuela, y de Mabel, su madre, quien la abandona. Por su origen afroamericano, están condenadas a trabajar para otros. Mientras, son humilladas y abusadas sexualmente. Los hechos ocurren en el estado sureño de Georgia donde abundan las plantaciones algodoneras. Hasta que surge una agrupación abolicionista: El Ferrocarril Subterráneo, que permitirá a los esclavos escapar al norte de EEUU y Canadá.
"No tenía ni la historia ni los personajes, pero sí la estructura: un tren subterráneo real que los transportara y donde cada estación fuera en el fondo una parte de la historia americana", dijo esta semana en Barcelona, España, Colson Whitehead, recordando esos años cuando no sabía cómo iniciar El ferrocarril... La elogiada novela, que obtuvo el National Book Award 2016 y el Premio Pulitzer 2017, ya está disponible en Chile. Además, será adaptada como serie de televisión por Barry Jenkins (Moonlight).
Según el escritor, la idea inicial era que el protagonista fuera un hombre en busca de su mujer, pero la lectura de las memorias de Harriet Jacobs cambió todo. "Ahí cuenta los detalles de cómo en una plantación al pasar de niña a mujer todo se complica: te conviertes también en esclava sexual del amo y has de tener hijos porque eso significa más brazos para recolectar y más dinero para el terrateniente... El de las mujeres era un infierno y quería explorarlo", señaló el autor criado en una familia acomodada de Manhattan, pero descendiente de esclavos.
Cada capítulo del libro parte con un mensaje "Se busca", que grafica el horror en el que vivían los trabajadores explotados. El último tiene el nombre de Cora: "Fugada hace quince meses de su amo legal, de estatura media y tez marrón oscura; tiene una cicatriz estrellada en la sien de una herida...".
Mientras Cora busca la libertad, su autor cree que "EEUU no ha asumido aún el episodio de la esclavitud... Casi ni se aborda en la escuela; se dedican 10 minutos a la esclavitud o a los derechos civiles y 40 a Lincoln o a Luther King... Acabamos de escoger a un presidente (Donald Trump) que aún cree en la supremacía blanca, fanáticos de ultraderecha, gente que maltrata mujeres...".