Durante su primera mitad, el nuevo especial de Patton Oswalt (48), Annihilation, disponible desde el martes en Netflix, no difiere mucho de una presentación común de stand up. La diferencia, como suele ser el caso del comediante y actor, está en un tono y un timing perfecto para cada broma. Oswalt habla sobre la tensión permanente que implica vivir en el Estados Unidos de Donald Trump, en la amenaza de que el mundo se acabe y cómo eso sólo sirve para aumentar su neurosis de siempre.

Luego viene una sección improvisada, en donde Oswalt transforma en sus víctimas a la audiencia de la primera fila, preguntándoles en qué trabajan y burlándose de ellos. Hasta entonces, todo normal y todo bien. Las risas abundan y pareciera ser una exitosa presentación del comediante. Luego, el norteamericano decide hacer referencia al elefante en la habitación y advierte al público: "Todo esto ha sido hacer tiempo para la siguiente parte, que es algo difícil". Y así, durante la media hora restante, Oswalt se dedica a hablar de su esposa, Michelle McNamara, quien falleció sorpresivamente en abril de 2016. La escritora de libros de no-ficción policial murió mientras dormía, por un accidente médico, tras mezclar medicamentos prescritos y una condición cardíaca no diagnosticada a tiempo.

El relato de Oswalt durante lo que queda del especial, es en su mayor parte sombrío y alejado de cualquier humor: el comediante habla sobre el shock de despertar con un ser amado y que no respire, de cómo esperó 24 horas antes de decirle a su hija de seis años lo que había pasado -destruyéndole el mundo en el proceso- y su lucha por encontrar sentido en medio de una vorágine de dolor y rabia.

En el papel suena deprimente, pero Oswalt no olvida que está un contexto de comedia: cada cierto tiempo corta la tensión con un chiste tragicómico, desde cómo una ruidosa familia armenia interrumpió con una pelea la primera vez que volvió al cementerio a visitar a su esposa hasta cómo los compañeros de colegio de su hija le preguntaban días después del terrible hecho si ya estaba pensando en encontrar una nueva mujer. El público se ríe, pero más en un sentido de apoyo y compañía que de gracia.

El material es duro, pero el comediante logra salir adelante, en una mezcla de intimidad, dolor y catarsis, que ha sido aclamado como uno de los especiales de humor más únicos del año. Filmado en junio, el especial de Oswalt -ganador del Emmy por su especial anterior de Netflix, Talking for clapping-, sucedió antes que el comediante anunciara un mes más tarde que encontró nuevamente el amor (está comprometido junto a la actriz Meredith Salenger). Lo que no significa que el trauma esté superado. "Estoy harto de que la gente me desee suerte en mi 'viaje de recuperación'", asegura, medio en broma, medio en serio, afirmando que la herida siempre estará abierta. Pero ante el dolor y el sinsentido, Oswalt encuentra algo de alivio en una frase que su esposa solía repetirle. Asegurando que el mundo era un descontrol permanente y sin significado, McNamara tenía sólo un consejo: "Es un caos. Pero sé amable"