Las crónicas de la época lo recuerdan así. Un tipo se subió al escenario y los guardias pensaron que se trataba de un seguidor. Si lo era, respondía a las características de Mark David Chapman, el asesino de Lennon: le pegó una patada en la cara a un miembro de la seguridad que quiso detenerlo, llegó junto a Charly y le apuntó con un arma.
"El tipo tenía puesta como una sotana y cargaba unos libros —recuerda su stage manager Carlos "Quebracho" Rodríguez—: nosotros nos quedamos sin reacción, y si hubiera querido, mataba a Charly".
Encañonando a la estrella delante de todo su público, le pidió tranquilidad.
-Quietito: si me tocan los de seguridad, te pego un tiro -amenazó.
Charly pidió que por favor no le hicieran nada al muchacho. El tipo quiso comprobar si todos se quedaban quietos y se distrajo un segundo, que García aprovechó para arrebatarle el arma. Los de seguridad redujeron al invasor y comprobaron que el revólver era falso, pero bien pesado. Se lo llevaron y, desde el escenario, García les hizo una petición.
-Por favor: no lo maten… acá adentro.
La gente se quedó helada, y el show siguió adelante, aunque el público jamás pudo salir de su estupor. Cuando terminó todo, llegó la policía para llevarse al lunático. Charly no quiso denunciarlo.
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