María Pagés: "El flamenco es mi escritura, mi lápiz, el idioma con que puedo decirlo todo"
Tras presentarse por primera vez en Chile hace dos años, la artista sevillana -quien ha colaborado con Mikhail Baryshnikov y Plácido Domingo- subirá este fin de semana al escenario de CorpArtes con Yo, Carmen (2015), un espectáculo que desdibuja al célebre personaje literario de Mérimée, el mismo que Bizet inmortalizó en la ópera.
Varias veces se lo propusieron, pero nunca aceptó. En más de 25 años de carrera, era lógico que más de algún director musical o de escena pensara en alguien como la bailaora, coreógrafa y directora española María Pagés para dar carne, voz y ritmo a una silueta más de Carmen, el famoso personaje creado por el francés Prosper Mérimée en 1845, y que su compatriota Georges Bizet inmortalizó en la ópera tras componer 30 años después una famosa pieza musical que pasaría a la historia. Pero no, María Pagés nunca quiso.
"Siempre hubo una resistencia en mí con el personaje de Carmen, pues es totalmente masculino", dice la artista de 54 años desde Cali, Colombia, donde acaba de presentarse en la Bienal Internacional de Danza. "Carmen siempre pululó alrededor mío. Yo soy de Sevilla, y allí he crecido con esa historia y esa música. Me eduqué oyendo la ópera y he leído la novela desde muy joven y hasta hoy, y siempre encuentro en ella otros agujeros por donde entrar. Ya mayor me detuve en el supuesto detalle de que es don José quien la inventa al contar su historia, por tanto esa Carmen no es más que la fantasía de un hombre. No es real. Y tardé años en decir bueno, de alguna forma tengo que afrontarlo, pero bajo una reflexión y mirada femenina", agrega.
Discípula del ya fallecido bailarín y coreógrafo español Antonio Gades, y considerada como una de las figuras más influyentes del flamenco, este fin de semana Pagés hará su segunda visita a nuestro país tras debutar en el Municipal de Santiago y días después en el Teatro del Lago de Frutillar, en 2015. Ese año mostró Autorretrato, el más personal de sus trabajos y que surgió luego de actuar en el centro de Mikhail Baryshnikov (BAC) en Nueva York, para una de sus tantas colaboraciones junto a otros renombrados artistas, como el tenor Plácido Domingo, el escritor José Saramago y el arquitecto Oscar Niemeyer, por nombrar a algunos.
A dos años de ese primer encuentro con el público chileno, este sábado y domingo la bailaora española subirá al escenario de CorpArtes con Yo, Carmen (2015), una pieza escrita, coreografiada y protagonizada por ella, y que entre zapateos, cantes y poesía logra borronear a la sensual y desventurada Carmen que todos conocen.
Lengua flamenca
De su visita a Santiago en 2015 cuenta que le quedó el recuerdo de los perros callejeros: "Son unos verdaderos personajes en vuestra ciudad, como amigos que conviven junto a ustedes", comenta al teléfono. Reconoce que su debut en Chile fue tardío, aunque hacía mucho tiempo que en su mapa permanecía encerrada, en un círculo fosforescente y sobre uno de los mapas que cuelgan de las paredes de su casa, esta delgada franja de tierra. Por eso Pagés nombra, y con toda soltura, a Víctor Jara, a Gabriela Mistral, a Violeta Parra y a Pablo Neruda, por cierto, cuyos textos han pasado su filtro: "Me dio la impresión de que Chile es un país enorme, con una cultura muy viva, muy presente, y por eso varios de sus artistas y creadores son referentes para algunos de nosotros, sobre todo en la literatura, porque es el idioma el que nos une. Es como si nuestras raíces de alguna forma se conectaran bajo tierra", comenta.
Aunque nacida en Sevilla, en 1964, Pagés es descendiente de catalanes, cuenta: "Mi abuela vivió siempre en Sevilla al igual que varios en mi familia, y era catalana y muy catalana, y desde luego todo lo que estamos viviendo en España ha sido una pena. En mi compañía también hay catalanes partidarios de la independiencia y otros que no, pero yo creo que las cosas no deberían haber llegado hasta este punto. Ha habido mal manejo, y por eso estamos preocupados y tristes, aunque confiados en que todo estará de nuestro lado. Tenemos plena confianza en el futuro", dice.
En Yo, Carmen, siete bailaoras, incluida ella, saldrán a escena en compañía de un cuarteto de guitarras que reinterpretan la partitura de la ópera de Bizet en clave flamenca, con los ajustes de Rubén Levaniegos, Sergio Ménem y David Moñiz. La poesía también alza su voz, explica la artista, con títulos como La palabra, Maternidad, Alegrías de las amas de casa, Miedo y Amore, todos escritos por autoras de distintas culturas y entre las que asoman María Zambrano, Akiko Yosano, Margaret Atwood, Belén Reyes, Widdad Benmoussa y la propia Pagés.
"Junto a mi compañía (fundada en 1990) pensamos y discutimos mucho sobre cómo podía ser esta nueva Carmen, y estuvimos de acuerdo en que tenía que ser reflejo de la mujer real y de sus anhelos de tener una situación igualitaria en la sociedad. Al mismo tiempo es la madre, es la hija, es la hermana, la vecina y también la sabia que transmite los valores a sus hijos. Es un pilar en su familia", dice.
-¿La búsqueda de esta nueva Carmen se tradujo también en una exploración que fuera más allá de las tradiciones del flamenco?
-Yo veo el flamenco como un diálogo entre tradición y evolución, como una energía en constante vibración, pero ese flamenco que comencé a bailar a los 4 años es el que está en mí y no me lo puedo quitar. Cualquier cosa que yo vaya a hacer va a tener flamenco, porque esa es mi escritura, mi lápiz, el idioma con que puedo decirlo todo. Aquí hemos hecho una investigación de lo que son las voces femeninas, todas de distintas culturas. Por eso es que en Yo, Carmen están las poetas árabes, las de habla francófona, anglófona y hasta japonesas. Estamos todas. El resultado de ese coro hizo que Carmen luciera más como una de las nuestras, valiente y frágil a la vez, y no como los otros han querido verla durante tantos años.
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