El teatro Teatro Nescafé de las Artes está lleno. El musical Juana Rock ya termina y Paola Volpato se acerca al micrófono para cantar los coros de "A rodar mi vida", de Fito Páez. Lo hace tímida, porque "es un talento que lamentablemente Dios no me dio", dice, entre risas la actriz, horas antes de la función. Pero eso no le impide participar en lo que es su tercera obra musicalizada, tras Noche de reyes (2009) y Un cuento de Navidad (2016). "Me gustan mucho. Tienen un espíritu muy cercano de lo que es el teatro como fiesta", cuenta.
En el actual montaje, Volpato es Silvia, una abogada llena de prejuicios y madre de Juana (Adriana Stuven), quien siguiendo los pasos de su progenitora entra a estudiar derecho, aunque su pasión es el rock. Ahí conoce a la encargada del sonido del plantel, Ana (Elvira López), quien será su mentora musical, además, de la mamá de Gabriel (Etienne Bobenrieth), de quien la joven protagonista se enamora. "Pone en la palestra un tema que aún pasa. Más allá de la preocupación por los padres con el futuro laboral de sus hijos, aún hay quienes piensan que por meterse en un ambiente el hijo será gay o drogadicto", argumenta la mujer que estuvo por 20 años en TVN.
La obra transita por el rock latino de los 80 y 90, con canciones de Soda Stereo y Charly García, entre otros, interpretadas por una banda que interactúa con los actores en escena. En la apuesta, con funciones hasta el 18 de este mes los días viernes, sábados y domingos en el teatro de calle Manuel Montt, Volpato nuevamente es dirigida por su marido, el actor Felipe Castro.
Durante los tres meses de ensayo, la intérprete tuvo que compartir su tiempo con las grabaciones de la teleserie fenómeno de Mega, Perdona nuestros pecados. "Siempre me respetan los horarios de ensayo y funciones, y a mí me gusta mucho mi oficio, y como actriz necesito un espacio que no sea solo televisión", dice.
-¿Está grabando la segunda temporada de Perdona nuestros pecados?
No. Estamos con la primera aún. La segunda temporada comienza a grabarse en enero hasta junio. Entiendo que en ella habrá un paso en el tiempo, pero no sé si comienza con este salto de tiempo o eso viene después, no estoy segura, son puras elucubraciones.
-Incluso se habla de una tercera temporada. ¿Se lo han comunicado a los actores?
No. Creo que, si así fuera, tendrías que dejar descansar al público, así como lo hacen los gringos, ellos tiran ocho, nueve temporadas, pero hay un tiempo que la gente necesita descansar.
-En enero cumple cuatro años en Mega. ¿Cuál es su balance de todo este tiempo?
Cuando tomé la decisión de irme junto a la Quena (Rencoret), fui la primera y fue solo de guata, de decir: "Me voy a tirar a la piscina". Y en ese sentido, estoy súper agradecida, porque el público que nos ha premiado.
-Qué le parece la situación de las áreas dramáticas de Canal 13 y TVN
Mucha pena. Al público le gusta la ficción nacional, quieren a sus actores. Yo confió en que Canal 13 no cierre su área y que TVN repunte. Nunca es bueno no tener competencia, hace que uno crezca, que busque nuevas formas. Si estamos nosotros como los emperadores y no tenemos a nadie, en algún momento nos vamos a morder la cola, nos es bueno ni para el público ni para nosotros.
-¿Cuáles son sus futuros proyectos?
Comienzo a grabar una película en febrero de Sebastián Muñoz, que se llama El príncipe, ambientada en 1968, con un tremendo elenco: Alfredo Castro, Gastón Pauls, entre otros. Y en teatro empiezo a ensayar una obra con Francisco Krebs.