“Y cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta”, la fecha fue marcada a fuego por Zalo Reyes en los recuerdos de toda una generación -y en las de sus hijos-. Aunque el tema no nació bajo su pluma, “Ramito de violetas” es uno de los éxitos más reconocibles de su carrera. A veces, lo importante es cómo se dicen las cosas.
"Zalo Reyes ya pasó el millón de copias, pero ¿qué saco con eso yo? Uno cree que con eso va a festejar… nunca más me llevaron a Viña. Yo dejé la cagada", dice en una de sus últimas entrevistas a Revista Paula en enero de 2017. Aunque fue figura en la televisión de los ochenta y hasta tuvo su propio programa, Boris Leonardo González Reyes ya no es amigo de la prensa. Le duelen los años.
El cantante, que nunca ha dejado su natal Conchalí, se reconoce feliz con su estado actual. Tras pasar por varias adicciones, batallar contra una diabetes rebelde que le significó perder todos los dedos de un pie y una parálasis facial que amenazó para siempre su carrera, siente que ya no tiene nada que perder. Su personalidad siempre fue así.
"Lo único que me caga es la prensa, la televisión, que hablan pestes de mí. Para qué, si empieza la entrevista y parte con la droga al tiro", lanza punzante ante el micrófono de la revista.
Pero el archivo queda. La voz cebolla de Chile desde hace años que habla en pasado, "es que mi pasado ha sido muy grande" declara. Rememora, sin ocultar su orgullo, que fue un fenómeno social gracias a la crisis del dólar y la ausencia de artistas extranjeros. Explica que a alguien se le ocurrió "echar a un rotito ordinario a los leones". Ese era él.
"La primera vez que me anunciaron fue en forma ridícula:"Ladys and gentlemen... the magnificent, the wonderful mister Zalo", y me tuve que enfrentar a un público que no se sabía ninguna canción en español. Yo cantaba "Es un buen tipo mi viejo", les ponía el micrófono, y todos me decían: 'Perdón, yo no escucho esa música'", confidenció a Las Últimas Noticias en junio de 2001.
Los homenajes
Pese a que ya no es número fijo en grandes festivales ni estelares televisivos de gala, su presente es la música. Admite que tiene más de cien canciones grabadas que nadie ha escuchado y que significarían 30 años más de música, aunque él no esté.
"Las canciones son buenas. Voy a tener la canción más vendida -acuérdate que te lo dije aquí- de todos los tiempos en Chile", amenaza al entrevistador de Paula.
Aunque sus canciones son cantadas sagradamente por cada voz que emerge desde lo popular, los tributos y la pleitesía no abundan desde otros sectores. Una excepción ocurrió en 2016, gracias a la banda Ases Falsos que rescató una de las últimas composiciones inéditas que ha querido mostrar.
El quinteto comandado por Cristóbal Briceño fue la única banda que eligió al "gorrión de Conchalí" en el desafío impuesto por un programa de televisión: hacer una nueva versión de algún artista que admiren.
"¿Quién es Briceño?", pregunta al ser consultado por el hecho.
https://www.facebook.com/laratacl/videos/1140858645958981/
"Mi caminar", un tema escrito por él junto al compositor Patricio Cáceres en 2010, es una especie de despedida llena de referencias a su figura. El video incluso lo muestra en su propio funeral rodeado de algunos de sus grandes amigos como Marcelo Hernández -de Cachureos-, Daniel Vilches y el cantante Rodolfo Navech.
Sin embargo no cree en los homenajes a su figura. "No me gusta nada que sea lastimero", deja en claro.
El motivo y la razón
Su vida, llena de aciertos y errores en igual proporción que han ido construyendo un legado artístico impecable pero con cruces difíciles de cargar.
Reyes se convirtió en la primera figura pública que reconoció abiertamente el uso de drogas . "Yo fui donde Carcuro, y dije 'yo he tomado drogas y las estoy dejando... y las dejé hace tiempo'. Soy el único hombre de este país que ha dicho en la televisión 'yo he tomado drogas'... los demás ninguno, ¿me entiendes? Se meten a evangélico, o hacen cualquier cosa", recordaba en 1998 a Diario La Hora.
Antes acaparó tristemente las portadas por haber devorado una cebolla "hipnotizado" en un estelar televisivo. Años después, en una conversación con The Clinic, el artista apaga el mito: "¿Cómo me voy a comer una cebolla así? Hay que echarle agua con azúcar para comérsela, pregúntale a tu mamá. Era una manzana con una cubierta de cebolla que traía él (...) Si yo soy terrible actor. La hice nomás". No recibió dinero por eso.
Los hechos que lo han marcado, nos hacen remontarnos fácilmente a uno de sus éxitos en 1982.
"Para mis cosas yo tengo en la vida/ solo el recurso de la convicción/ Y le pido a cielo que si tengo que olvidarte / Por mi bien nunca me falte/ el motivo y la razón".
Entonces siempre surge la pregunta, ¿quién es realmente Zalo Reyes?
“Es sentimiento, verdad, corazón, fuerza, amor, coraje, inteligencia” dice Boris, el hombre tras el micrófono.