Tras la muerte de su pareja, Miguel Enríquez, en octubre de 1974, la realizadora Carmen Castillo (1945) partió al exilio a Londres, pero fue sólo en Cuba donde comenzó a curar las heridas del destierro. Hoy recuerda que el país caribeño fue solidario y cálido, pero que en ese momento jamás "se le pasó por la cabeza" hacer una película sobre aquella experiencia.

Varios años más tarde caería la Unión Soviética, Cuba entraría en una crisis económica sin precedentes y Carmen Castillo, instalada en Francia, solidarizaría desde lejos con un país que enfrentaba las austeras medidas del llamado "período especial". El cine aún no asomaba en su vida. No al menos en las dimensiones del documental Calle Santa Fe (2007), sobre la muerte de Miguel Enríquez, abatido por agentes de la Dina.

Hoy, a cuatro décadas de haber visto crecer a su hija en su primer país del exilio, Castillo se siente en condiciones de dedicarle una película. La cinta se llama Cuba en debate (2017), nombre que busca expresar la coyuntura de un país que ya no tiene a Fidel Castro y que hasta hace un año enfrentaba la inminente mejora de relaciones con Estados Unidos. Tras la llegada de Donald Trump al poder, las cosas volvieron a retroceder, pero la discusión en Cuba está lejos de dar pie atrás: ese es el país que Castillo dijo percibir durante estas filmaciones.

"Terminé de hacer la película poco antes de noviembre del 2016, cuando murió Fidel y es elegido Donald Trump", dice Castillo al teléfono desde París. "Mi primer interés al hacer esta película tiene que ver con mis ganas de mostrar un país muy diferente al que estamos acostumbrados a percibir a través de los medios de comunicación", afirma acerca del documental que se da hoy a las 18.00 hrs. en Hoyts La Reina y se repite el lunes a las 19.00 hrs. en la UDP.

"Paradójicamente, la Cuba de hoy, con todos sus problemas, me motiva más a vincularme con su sociedad. Es muy distinta a la Cuba que yo conocí en los años 70 y que fue la que me recibió con sus brazos abiertos, donde creció mi hija. Ese país nunca se me olvidó, pero es ahora que siento la urgencia de filmar la realidad cubana. Quizás a fines a principios de los años 80 habían signos de sovietización que me producían distancia", explica la directora.

Mujer con un claro compromiso ideológico con la Revolución Cubana, Carmen Castillo cree que lo más interesante es filmar la batalla de hoy. ¿Cuál es esa batalla? "La batalla por mantener la esencia del país. Creo que muchos cubanos perciben que hay un riesgo por perder lo que fue su nación y por la misma razón siguen sin ceder a las tentaciones del capitalismo", dice la directora.

Estas tentaciones, aclara, traen de todo. "Uno de los jóvenes entrevistados afirma que hay que abrirse a la entrada de productos, de tecnología y de recursos, pero advierte que al hacerlo se acepta el paquete entero. Y en el paquete entero viene lo bueno y lo malo del capitalismo". Luego describe, por ejemplo, un caso de lo malo: "Hay una escena donde un turista americano se pasea por La Habana y empieza a dibujar la ciudad a su antojo. Eso me parece terrible. Dice que en una esquina ve instalado, por ejemplo, un Starbucks: es la clásica arrogancia estadounidense".