La cinematografía permanente en los discos de Electrodomésticos, esa sensación de pantalla grande que sugieren sus canciones, salta a una experiencia parecida al 3D. Este quinto álbum representa un artefacto complejo y seductor con distintos planos. Es retorcidamente romántico, generoso en paisajes industriales con retazos de steampunk, algo emo y muy gótico. Play. Ruido de sirenas, chirrido de neumáticos, el escenario es la ciudad. "Ex la Humanidad", la canción que bautiza este quinto álbum, entra con todo a la manera de un film de acción con mucho presupuesto. El sonido es denso y magnificente, recargado y resuelto en partes iguales, colmado de detalles reverberantes. El pulso se altera en un quiebre con link a la electrónica bailable de mediados de los 90. Es el único tema donde participa el histórico bajista Silvio Paredes. El puesto ahora lo ocupa Sebastián Muñoz de Cómo asesinar a Felipes, un capo.

La siguiente, "Desarmor", ejemplifica cómo Carlos Cabezas trabaja su voz por capas, proyectando esa impresión de cámara lenta que desprende su fraseo. La batería suena impresionante con rigor matemático mientras violines irrumpen para marcar épico suspenso. Gran tema.

En medio de esta grandilocuencia del sonido y la producción, hay unas letras de amor dignas de un bolero."Te hablé, te llamé, en las rejas te grité, en las noches te lloré, si te lloré", dice "Fui detrás de ti", con un piano lánguido aunque el bajo y la percusión confabulan baile. "Canción azul" -"abracé mis almohadas, abrazadas de penas y rabias, empapadas de azul"-, semeja un bolero construido entre electrónica y rock como versión ulterior de un cruce entre Los Ángeles Negros y Depeche Mode.

"Viento en el corazón" tiene pasta de hit caribeño. Sin embargo es una pieza gótica de synth pop con un trabajado remate de Cabezas armonizando voces en distintos tonos y fraseos.

Para los nostálgicos quizás no habrá mejor alineación de Electrodomésticos que la de los 80. Pero esta formación que completan Edita Rojas en batería y Valentín Trujillo en teclados y arreglos, ha llegado más lejos. Ex la Humanidad exige atención completa. La recompensa radica en un viaje donde siempre hay sorpresas, giros, ambientes sugerentes, un hálito de liturgia y las ganas de remecer. Carlos Cabezas maneja un código. Consiste en justificar la presencia de Electrodomésticos a través de la novedad y el riesgo, el presente antes que el tributo y la nostalgia. La elocuencia de este capítulo es pasmosa.

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