A continuación reproducimos completa la misiva publicada por el músico [NdE: hemos respetado la ortografía y redacción original con que fue publicada]:
A propósito de las votaciones de mañana una carta abierta al compañero Cristóbal Briceño.
Todo lo que planteo de ahora en adelante lo hago desde la pequeña vitrina que me otorga el oficio de la música, no intento hacer política desde acá, quienes deciden hacerlo van y hacen frente al sistema no haciendo canciones, que podamos generar conciencia social me parece es otra cosa, pero la carta bajo la manga de la banda política después de todos mis años en escenarios y compartiendo con músicos de un gran número de países no me puede parecer más que una herramienta de marketeo, no inválida por eso, pero marketeo al fin y al cabo.
Pero no puedo callar una vez leído lo escrito por mi colega Cristóbal Briceño, quien va por la vida adoctrinando, en un tono mesiánico que no puede no dejarme aún más perplejo. Escribo desde la admiración que siento por sus canciones, alguna de sus letras, el personaje que ha creado sobre el escenario y como colega con quien he colaborado en una que otra ocasión.
Desde esta vitrina no puedo dejar de decirle a Cristóbal que su voto me da igual, pero lo irrisorio de su reflexión (no diría insensata, más que venga un músico a decirnos que el sistema está podrido como quién ha descubierto el funcionamiento de la rueda, me parece innecesario), pero en lo que como forma dialéctica persuasiva intenta conseguir, entre quienes supongo le siguen, no lo puedo pasar por alto.
Quienes sepan un poco del poder de la dialéctica saben que lo primero es desconfiar de quienes gozan del don de ella, en este saco los primeros que entran como sabemos son los políticos y entra en este caso mi colega que hace una especie de politiquería sin sentirse parte de ella, sin asumir los riesgos que esta conlleva, desde la "tranquilidad", como él dice que hay que leerle, su arte.
Ya decía Nietzsche sobre los griegos y su dialéctica socrática: "el dialéctico es una especie de payaso; la gente se ríe de él, no lo toma en serio. Sócrates fue un payaso que consiguió que lo tomaran en serio". He aquí el dilema en esta ocasión, siendo un posible portavoz para muchos jóvenes ¿Cuántos jóvenes se tomarán en serio una más de las payasadas de mi colega? Digo jóvenes porque sabemos que es a quienes desea influenciar, a quienes intenta legar su ideología para cuando él ya no esté. Trato de hacer el ejercicio pero no visualizo a toda la sabiduría, por ejemplo de mi abuelo, leyendo el Facebook de su banda y recapacitando sobre la abstención de su voto; no. Sabemos que eso no sucede, que este mensaje no llega a quienes tienen ya su opinión formada, que este mensaje va a quienes están más vulnerables, a quienes están en proceso de formación de su pensamiento, a quienes ven en un estilo desgarbado un personaje que pareciera tener tanto tiempo disponible para tocar la guitarra que puede y expeler más canciones de las que necesita este mundo.
Sabemos todos el poder de la música, el influjo que puede producir en nuestro cuerpo y en nuestro comportamiento, pero sepan ustedes que detrás de cada canción hay también mucho ego. Grabar una canción y sacarla a la luz es una declaración de principios, es decir esta es mi voz y es indispensable que esta sea oída por la mayor cantidad de gente posible porque lo que estoy diciendo es fundamental para mi generación. Puede que sea cierto o no, de eso se trata un poco este oficio y es la lucha que uno tiene a diario en los estudios, pre-produciendo un disco, conversando con colegas, etc. Por eso asumo que los pensamientos de Cristóbal son tantos, tantísimos madre mía, que cada briceñada con que ya nos tiene acostumbrados a deleitarnos de tanto en tanto no es más que una extensión de lo mismo, de los nosecuantos discos discos que saca al año (acaso el nuevo Calamaro que la cantó a todo lo que tuvo por delante hasta que no tuvo más a que cantarle), un berrinche más que esta vez no necesitamos leer ni oír.
Pongámonos en el peor, peorsísimo de los casos. No que gane la derecha, si no la facción aún más visceral y oscura de la derecha. Digamos que el texto de mi colega consigue lo que él andaba buscando; una reflexión tan generalizada que logra mover a tantos jóvenes a la abstención que la extrema derecha sale fortalecida de esto. No quiero ni imaginar ese escenario, porque aunque es muy dulce el pensamiento de no querer sentirse parte de esta podredumbre lo somos, ahora mismo dando mi opinión por esta red social lo soy y lo asumo no sin algo de vergüenza.
Yo en lo personal voy a votar, no me voy a abstener porque ese voto no es para mi, le concedo que quizás no logremos lo que deseamos, que quizás en 4 años más nos miremos a las caras y digamos que no se consiguió nada, ni siquiera tengo la ilusión para serles franco, pero, y aquí es donde más me interesa hacer hincapié, mi voto no es por mi y el tuyo, amiga o amigo que lee , tampoco debería serlo para ti.
Al menos yo voy a votar para que el amigo extranjero se pueda sentir más seguro y acogido en este país, suceda eso o no, dejaré caer la papeleta con toda la ilusión pensando en que hay que defender todo lo que costó sacar adelante las tres causales del aborto y anhelando a que avanzaremos. Voy a ir a votar porque se que este sistema está manejado por dos grandes movimientos empresariales; el privado y el público. Siendo el estado la empresa que se encarga de "proteger" nuestros intereses ¿Por qué vamos a darle otra empresa más a los empresarios? ¿Por qué vamos a darle la única empresa que, lo haga mal o bien, es la única que se encarga de velar por los intereses comunes? ¿Por qué si todos sabemos que el estado está muchas veces de manos a atadas frente a los empresarios, y que en verdad un gobierno de cuatro años no está más que para hacerle el aguante a toda la presión que meten quienes están en el poder para tener más y más poder, para generar más riquezas a costa de una desmesurada e irracional administración de los recursos naturales y que le pertenecen a sus ciudadanos y no a un grupo privilegiado de personas?
Al menos yo voto por eso, y espero que la gente manifieste su opinión, descontento, burla, o lo que sea. Que haya hacer un cambio más radical a largo plazo eso es algo que no necesita venir a decirte ningún músico local, pero estamos hablando de aquí al domingo, estamos hablando que de aquí a cuatro años tenemos que vivir entre nosotros y tratar de sacar adelante a la pequeña comunidad que nos rodea y al menos yo tengo clarísimo a quienes no necesitamos se hagan cargo de este país.
Una vez que me retire de mi vida de la ciudad, que no necesite de la salud pública, que nos alejemos de las redes sociales y el frenesí posmoderno y que en verdad vivamos como ermitaños, así como lo hacía el ermitaño en sus chilcas, y quizás libres ya de una vez de todas ataduras, podamos entonces pensar utópicamente como lo hace mi colega, pero desde el montón de contradicciones que lo hemos visto plantear desde hace años, como desde no tocar para ciertas marcas pero aún así estar sobre escenarios de festivales sponsoreados, o no querer hacer el camino típico de las bandas a estar a semanas de hacer un Caupolicán, de sentirse al margen y creerse esa "pequeña gran fisura" pero viajar en Latam (o la aerolínea de turno) en sus giras, promocionar su banda en Instagram, grabar en estudios con alta tecnología capitalista o colgar sus discos en redes como Spotify y Youtube, y podría enumerar más y más pero la verdad esta vez no vale el esfuerzo.
No somos quienes los músicos para decidir por ustedes que deben hacer. Históricamente quienes nos dedicamos no hemos sido los mejores ejemplos a seguir como personas así que nunca me he sentido ni me sentiré capaz de ser el portavoz de ninguna generación, hago esto no para disuadir, sino más bien para aclarar, para que ojalá esa niña o joven no se confunda con la neurosis que pueden tener todos los cristobales de este mundo que lamentablemente tenemos que estar leyendo a diario. Tu eres perfecto en tu intuición y sabrás que hacer este domingo no porque te lo haya dicho alguien. Y esto no es más que mi opinión, que no es humilde para nada, es arrogante porque yo la creo y la defiendo incluso en mis contradicciones, porque es mía y no quiero hacerla parte de algún movimiento que tengan bienes mayores. Esto sólo se trata de un papel que decidirá los próximos cuatro años de este país, al que no le guste que se vaya pues o que se calle, al que quiera cambiar algo que tire piedras o haga revolución real y no virtual. Este domingo es el momento de decir que las cosas están mal y tenemos dos opciones o nos hacemos oír y nos planificamos como sociedad, o nos quedamos en la comodidad burguesa de nuestras redes alardeando que todos lo hacen más mal de lo que podríamos hacerlo nosotros.