No es fácil tener que hablar junto a Will Smith, y por la sonrisa de resignación que esbozan a ratos el director David Ayer y el actor Joel Edgerton, parecieran estar acostumbrados. En la conferencia de prensa que el trío realizó en el hotel Hyatt de Sao Paulo, Smith acaparó el grueso de la conversación. No sólo por ser la mayor estrella en el salón de eventos del recinto, y por ende recibir la mayoría de las preguntas, sino también por una personalidad histriónica que fácilmente eclipsaba el tono más introvertido de sus compañeros. "¿Estoy hablando muy fuerte, David? Tienes cara de que estoy hablando muy fuerte", dice el actor de Hombres de negro y Yo, robot, al director, sentado a su derecha. Nuevamente, este responde con una sonrisa resignada.
Los tres estaban allí presentando Bright, la nueva película de Netflix -compañía que invitó a La Tercera a Sao Paulo- que Ayer dirige y Smith con Edgerton protagonizan, y que se estrena el viernes en la plataforma. La historia es particular: ambientada en un mundo en donde las criaturas de la literatura fantástica como hadas y elfos son reales, un policía (Smith) junto a su compañero, el primer orco policía de Estados Unidos (Edgerton), se ven envueltos en un misterio que podría cambiar el mundo entero.
"Es algo inusual, porque mezcla las historias policiales de Los Angeles, que es algo con lo que ya había trabajado (Reyes de la calle, End of watch), pero en un mundo donde existen elfos y orcos. Aunque sigue siendo nuestro mundo, y esta es la forma que encontré de hablar de algunos temas sociales que me parecen relevantes", explica Ayer. "Me gusta decir que es una mezcla entre Día de entrenamiento con El señor de los anillos. Es un drama policial que puede ser oscuro y crudo, pero que incluye a todas las criaturas del Señor de los anillos como si hubieran evolucionado junto a la humanidad, e imaginamos cómo sería esa sociedad", explica Smith.
La trama de la película aborda el racismo, aunque no de la forma en que se podría imaginar: es Smith quien es discriminador contra su compañero, en un mundo en donde los orcos son ciudadanos de segunda clase. "Fue curioso estar del otro lado del racismo. Habiendo crecido como afroamericano, sé lo que es ser detenido y a veces agredido por la policía. Pero esta película me entregó la visión de cómo es poner tu vida en riesgo por proteger gente que a veces te odia", dice Smith. "Creo que esta es una película sobre la injusticia, y fue algo extraño para mí el haber tenido una experiencia tan intensa con el tema, porque no considero haber sufrido nunca algún tipo de injusticia como esta", afirma Edgerton, quien todos los días de filmación debía pasar por maquillaje durante tres horas y medias, hasta quedar irreconocible.
"Me encantaría tener otra oportunidad de volver a este mundo. Hay muchas ideas que apenas rasguñamos en esta película, entonces sería ideal hacer una secuela, pero necesitamos primero al público, ¿saben?", dice Smith riéndose, agregando: "el 23 de diciembre les cuento cómo nos fue".