Seis meses. Ese es el lapso que ha transcurrido desde que Camilo Castaldi, el ex integrante de Los Tetas conocido como Tea Time, empezó a enfrentar una de las etapas más complejas de su vida personal y profesional. El pasado 2 de julio, su ex pareja, la estudiante Valentina Henríquez, presentó una denuncia en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, por reiterados episodios de violencia física y psicológica, la que acompañó con un relato en Facebook donde detallaba su experiencia durante el año y medio de relación, atribuyendo al músico una serie de actitudes de espíritu pendenciero.

Al mes siguiente, el 25 de agosto, la joven se querelló contra el artista por violencia intrafamiliar, en un texto donde presenta al menos cinco episodios de golpes y lesiones, como ataques con un micrófono antiguo en su rodilla derecha (lo que le provocó un daño permanente), y el uso de un sable para amedrentar a un conserje y a un chofer de Uber que la trasladó a un hospital.

Un proceso que significó la expulsión inmediata de su grupo de toda la vida y que se alista para concluir su primera etapa. Para este martes 9 quedó concertada la audiencia para el cierre de la investigación, solicitada por el abogado que representa al cantante, Alejandro Awad. En tal instancia, la Fiscalía Centro Norte deberá definir si el siguiente paso corresponde a la acusación a Castaldi, lo que llevaría a reunir las pruebas para establecer una posible pena; o no perseverar frente al caso al no haber reunido los antecedentes necesarios.

Según distintas fuentes conocedoras del proceso, ambas partes barajaron hace unas semanas la posibilidad de un acuerdo, lo que finalmente no prosperó. Al menos por parte de los representantes del intérprete, la idea es seguir con el juicio. En las pocas declaraciones que ha esgrimido en el último tiempo, el artista ha insistido en su inocencia, línea que mantendrá inalterable en las fases que vienen.

"No se puede hablar mucho, porque estoy trabajando en demostrar mi inocencia y no quiero entrar en las redes sociales y en el ruido del Facebook, y etcétera, etcétera, lo que ha producido mucho daño. Estoy tratando de demostrar la verdad", aseguró Tea Time en septiembre pasado a Culto.

Como tal, ha preferido recluirse y prácticamente cortar cualquier clase de contacto con su círculo cercano del último tiempo, incluido sus ex compañeros, quienes no han tenido comunicación alguna con el cantante. De hecho, el conjunto que hoy se reduce a dos integrantes, Cristián "C-Funk" Moraga y David "Rulo" Eidelstein, ha atravesado su propio vía crucis: apuntados por la opinión pública ante las primeras reacciones que tuvieron frente al episodio, no han vuelto a presentarse en vivo y debieron reformular la aparición de un próximo disco que incluía grabaciones de Tea Time (comenzaron a borrar su voz para registrar otras encima de ella).

Además, se han debatido durante meses en torno a su vuelta a los escenarios, la que en un principio sondearon para fines de 2017 en un festival capitalino de alta convocatoria, pero que finalmente decidieron postergar, con avanzadas posibilidades de que suceda este semestre, para lo que han sostenido distintas reuniones y tratativas.

Aunque no lo han explicitado, de alguna manera también esperan que la causa siga su derrotero judicial y que vaya acercándose a una resolución más clara y definitiva.

En tanto, Castaldi también efectuó un cambio de domicilio para que se le notificara del avance del proceso. De hecho, abandonó el departamento donde vivía junto a Henríquez en pleno centro de Santiago, en la calle Catedral. Entre sus allegados se asume que su regreso al circuito artístico es casi imposible en lo inmediato, por lo que seguirá refugiado en sus representantes legales, insistiendo en su postura frente a la justicia.