Pareciera que la sensación generalizada es que algo se derrumbó en Hollywood en 2017. Las fórmulas seguras fallaron, los éxitos vinieron desde los rincones más inesperados, y se levantó la cortina que ocultaba el comportamiento privado inexcusable y condenable de algunas de sus figuras más emblemáticas.
Se decía que las cintas con historias afroamericanas no apelaban a un público general, y a comienzos del año pasado, ¡Huye!, una cinta de terror que satiriza el racismo en la sociedad norteamericana, y con un protagonista negro, se transformó en uno de los primeros fenómenos de taquilla de 2017. Se decía también que las superproducciones con mujeres tanto delante como detrás de pantalla no vendían como las enfocadas a un público masculino. Entonces llegó Mujer Maravilla, que cerraría el año como la novena película de mayor recaudación a nivel mundial (la tercera dentro de Estados Unidos), sumando elogios para su protagonista Gal Gadot y la directora Patty Jenkins.
A esas sorpresas, y numerosas decepciones de taquilla de cintas más tradicionales (desde Transformers 5 hasta Liga de la justicia), llegó un último remezón, con la proliferación de escándalos de abuso sexual en la industria, que terminaron con la carrera de rostros como Harvey Weinstein y Kevin Spacey.
Así, Hollywood enfrenta 2018 con la necesidad de reconstruirse. Pero si sobre las cenizas de 2017 la industria cinematográfica opta por tomar un nuevo camino, o simplemente rearmar el paradigma anterior, está por verse.
Eso sí, si se toma como ejemplo las dos primeras superproducciones que verá la cartelera mundial en este trimestre, la señal es que la pantalla grande ha entendido las lecciones que le han dejado los últimos años, y de a poco pretende ir saldando la deuda de representación racial y de género que la ha perseguido por décadas.
Pantera Negra (15 de febrero) y Un viaje en el tiempo (8 de marzo) podrían parecer dos títulos no particularmente revolucionarios en el papel: ambas son películas de altísimo presupuesto, una de superhéroes y una de fantasía, respectivamente, bajo el alero de uno de los estudios más comerciales de la historia, Disney.
Pero tanto delante como detrás de cámaras, las películas son todo menos la norma para Hollywood: Pantera Negra, dirigida por el realizador afroamericano Ryan Coogler (Creed), cuenta con un elenco casi exclusivamente negro, para narrar la historia del primer superhéroe africano del cine comercial. Chadwick Boseman interpreta al héroe homónimo, el rey de la ficticia nación de Wakanda, acompañado de Michael B. Jordan (Creed), Danai Gurira (The walking dead), Daniel Kaluuya (¡Huye!) y la ganadora del Oscar Lupita Nyong'o (12 años de esclavitud) en papeles secundarios.
"Para un joven negro será algo muy importante ver a un superhéroe que se vea como él", explicaba Coogler el mes pasado en la Comic con de Sao Paulo aludiendo a la responsabilidad de transformar por primera vez a un personaje así en protagonista de una película del universo cinematográfico de Marvel.
La importancia de la cinta en la comunidad afroamericana quedó demostrada nuevamente en la semana, cuando se anunció que el rapero Kendrick Lamar, uno de los músicos más elogiados de la actualidad, además de una importante voz en temas raciales en Norteamérica, será el encargado de hacer la curatoría musical de la película.
Un viaje en el tiempo también llegará acompañada de un importante componente racial (aunque no solamente de un color) y, por sobre todo, de género. Con dicha película, Ava DuVernay (Selma) se transformó en la primera directora afroamericana en realizar una cinta de más de US $ 100 millones de presupuesto, de paso con la misión de seguir derribando el mito de que las mujeres no se pueden hacer cargo de superproducciones, tras el caso de Jenkins y Mujer Maravilla.
La cinta adapta la novela homónima de 1962, que por décadas ha intentado ser llevada a la pantalla grande. La historia sigue a una preadolescente, Meg Murry (Storm Reid), quien inicia una odisea por el tiempo y espacio buscando a su padre, un astrofísico secuestrado en un planeta distante.
La cinta no sólo cuenta con un importante contingente femenino en pantalla, sino que además de todos los trasfondos, con papeles centrales para Reese Witherspoon, la actriz de origen indio Mindy Kaling, y Oprah Winfrey, quien necesita poca introducción.
Desde ya, la revista Time catalogó la película como "la cinta que cambiará Hollywood". Una afirmación grandilocuente, pero quizás acertada. Las señales indican que se vienen tiempos de cambios en el mundo del cine.