Cuando en 1996 Madonna tuvo a su primera hija Lourdes León, fue el peruano Mario Testino, de entonces 42 años, el encargado de inmortalizar el momento para la revista Vanity Fair. Fue él también quien registró en 2011 el compromiso del Príncipe William y Kate Middleton y, años antes, el autor de muchas fotografías a la fallecida princesa Diana De Gales.
Fotógrafo de numerosas celebridades y referente mundial de la moda, pocos imaginaron que la ola de acusaciones de abusos sexuales llegaría también hasta él. Las imputaciones salieron a la luz este sábado, cuando The New York Times -el mismo medio que destapó el caso Weinstein- publicó que 13 modelos masculinos y asistentes habían declarado ser víctimas de conductas sexualmente agresivas por parte del artista.
"Si querías trabajar con Mario, tenías que hacer una sesión de desnudos", manifestó Jason Fedele, uno de los modelos de las campañas de Gucci en los años 90. "Todos los agentes sabían que eso era lo mejor para sobresalir o avanzar en su carrera", agregó.
En la misma línea, Roman Barrett, uno de sus ex asistentes, declaró que el fotógrafo se masturbó en varias ocasiones frente a él. "El acoso sexual era una realidad constante. Se portó mal en habitaciones de hotel, en la parte trasera de los automóviles y en vuelos de primera clase (…). Fui sobrecargado de trabajo, mal pagado y acosado sexualmente a diario", manifestó.
El reportaje recoge también testimonios de otros 15 modelos que acusan en términos similares al fotógrafo y director estadounidense Bruce Weber, autor de campañas para marcas como Calvin Klein o Abercrombie & Fitch. Específicamente se dice que les pedía que se desnudaran y luego los guiaba para realizar ejercicios de respiración y "energía".
Uno de los denunciantes, Robyn Sinclair, rememora así los momentos en los que Weber abusaba, supuestamente, de él: "Lo recuerdo colocando sus dedos en mi boca y agarrando mis nalgas. Nunca practicamos sexo, pero hubo muchos tocamientos. Mucho abuso sexual".
Las consecuencias no se han hecho esperar. A pocas horas de publicada la investigación, Anna Wintour, editora de Vogue, emitió un comunicado en el que informa que ninguna de las revistas de la compañía Conde Nast, volverán a trabajar con Testino y Weber hasta que se aclaren las acusaciones.
En tanto, los abogados de ambos fotógrafos recibieron las denuncias con sorpresa. Weber a través de su abogado manifestó: "Estoy completamente conmocionado y entristecido por las escandalosas afirmaciones que se han hecho en mi contra, algo que niego rotundamente". Mientras que Lavely & Singer, la firma de abogados que representa a Testino, discutió la credibilidad de las supuestas víctimas y aseguró que habló con varios ex empleados que se han "sorprendido de esas acusaciones".