Durante décadas dejaron de existir. Quizás no en su totalidad, pero encontrar las llamadas series "episódicas de antología", donde la historia y el reparto de actores suele cambiar capítulo a capítulo, era el equivalente a dar con una reliquia de otra época, al igual que la que es quizás la producción más famosa en utilizar el formato; La dimensión desconocida (1959-1964).
Como explica el portal neoyorquino Vulture, "las cadenas han evitado este sistema en las últimas décadas porque no hacía sentido desde un punto de vista económico. La ausencia de personajes o historias regulares hacía más difícil a los canales encontrar un público que generara una conexión fuerte con esas series, menos aún que volviera semana a semana a verla".
Pero, como notó el mismo sitio, eso era antes de que existieran casi 500 nuevas temporadas de series al año, como en el escenario televisivo actual. La explosión de la oferta en la pantalla chica vino -por necesidad- acompañada del renacer de fórmulas que le permitieran al público, dentro de lo posible, poder seguir una historia de forma más eficiente con el ítem tiempo.
Así, con un resurgimiento de las series de antología por temporada -las que cada ciclo cuenta una historia distinta, a veces incluso cambiando todo el elenco-, como American horror story, True detective y Fargo, las antologías también se han ido haciendo un espacio cada vez más importante entre los centenares de opciones al momento de ver televisión. Todo con un poco de ayuda del mundo del streaming y el humor negro británico.
El hito refundacional para el formato se vivió en 2011, con el estreno de Black mirror. Original de la cadena Channel 4 de Gran Bretaña, la serie del realizador Charlie Brooker satiriza la era de la tecnología con episodios que, fuera de compartir una temática espiritual, cambian de elenco, historia y época entre uno y otro.
Pero, tras amasar una fanaticada de culto en sus primeros ciclos, no fue hasta su adquisición por Netflix, que exportó la serie al resto del mundo y produjo las dos siguientes temporadas, que el verdadero potencial del formato quedó en evidencia: al estrenar todos los episodios al mismo tiempo, como es el estilo de la plataforma, poco importa si la audiencia está dispuesta a seguir historias inconexas de forma semanal.
La disponibilidad en un servicio online flexibiliza desde el orden en que se pueden ver los episodios hasta el período de tiempo en que son consumidos. Hoy, las temporadas de Black mirror están entre lo más comentado y analizado de Netflix, tomándose convenciones y premiaciones.
No es la única apuesta de Netflix por la antología episódica: la serie Easy, que ya lleva dos temporadas en la plataforma, cuenta capítulo a capítulo historias distintas sobre relaciones amorosas en Chicago.
Recuperando terreno
No sólo Netflix está apostando por este estilo de historias. En octubre, la plataforma Prime Video de Amazon estrenó Lore, que en cada capítulo aborda una historia de terror distinta basada en hechos reales.
Y el 12 de enero, también debutó Electric dreams, serie que ha sido vista como la respuesta de la plataforma a Black mirror (de hecho, en Gran Bretaña también fue emitida por Channel 4, en 2017). En cada capítulo, la historia adapta algún cuento del escritor Phillip K. Dick (el cerebro detrás de Blade runner), uno de los nombres más importantes de la ciencia ficción del siglo XX. Todo, con un elenco de jerarquía: Bryan Cranston, Timothy Spall, Janelle Monáe, Anna Paquin, Steve Buscemi y Greg Kinnear son algunos de sus nombres.
La televisión lineal no se ha quedado atrás en probar la fórmula. En agosto, HBO estrenó Room 104, serie que no sólo cambia de personajes e historias con cada episodio, sino que también puede variar de género, de la comedia al terror. La única constante es que las tramas ocurren dentro de una misma habitación de hotel. El canal renovó rápidamente la historia para una segunda temporada.
La misma señal estrena el 2 de febrero a las 22.30 horas el segundo ciclo de High maintenance, adaptación televisiva de la web serie del mismo nombre, que sigue a un repartidor de marihuana sólo conocido como "el tipo", que entrega su producto a distintos clientes en Nueva York, quienes resultan los verdaderos protagonistas.
Y si faltaba una prueba del creciente gusto que están adquiriendo las productoras por este formato, la evidencia definitiva está en el renacer de la serie que inspiró a varias de las exponentes modernas del género: la cadena CBS confirmó que está realizando un reboot de La dimensión desconocida, a cargo del realizador Jordan Peele (¡Huye!), que debería ver la luz en 2019.