Intentaron hacer todo lo posible, con conversaciones de última hora, consultas a los médicos de cabecera y el sondeo de otras opciones que buscaban evitar el más lógico de los desenlaces. Pero la evidencia fue más fuerte: Álvaro Henríquez (48) hoy enfrenta un delicado estado de salud, lo que obligó a cancelar todos sus shows, incluyendo quizás el más estelar, aquel que tenía pactado para mañana en la Cumbre del Rock Chileno del Club Hípico, donde reviviría las canciones de La Negra Ester junto a La Regia Orquesta.

En lo puntual, el paso al costado se zanjó ayer en distintas conversaciones con los productores de la cita, quienes sumaron a Gondwana para ocupar la vacante. "Solo queremos desear que la salud de Álvaro evolucione de la mejor manera, lo mejor para él hoy es descansar y recuperarse", dice Juan Andrés Ossandón, productor del espectáculo.

En lo global, la agudización de los problemas de salud del músico viene desde hace al menos un año, aunque quedaron de manifiesto de manera pública el pasado viernes 19, durante un show con Los Tres en Talagante, cuando no pudo cantar ni moverse con normalidad debido a la alta cantidad de medicamentos que estaba ingiriendo por esos días. 48 horas después se presentó en Calle Larga, en la Región de Valparaíso, donde concluyó la presentación sentado en una silla.

Desde principios de 2017, el hombre de He barrido el sol enfrenta un complejo problema hepático derivado de su poco cuidado al momento de beber y comer durante sus ratos libres. Incluso se realizó hace un tiempo una cirugía gástrica que lo obligó a estar internado varios días, lo que después debió acompañar con un tratamiento para bajar de peso, el que sigue hasta hoy.

Eso sí, sus complicaciones empezaron a aparecer mucho antes, alrededor de 2010, cuando los médicos le exigieron un mayor cuidado en sus hábitos y le advirtieron del peligro que podía acarrear para su organismo no ser más disciplinado. Tal cuadro coincidió con las dos operaciones a las que se sometió por un problema en sus caderas, consecuencia de una fractura en una rodilla.

Distintos cercanos consultados puntualizan que el cantautor hoy atraviesa una fase de "limpieza", que ya no está tomando alcohol y que se está tratando con diversos medicamentos, por lo que califican su condición actual como "frágil" y "de mucho cuidado". En esas circunstancias, las opciones de retornar en lo inmediato a los escenarios son bajas, lanzando también una interrogante sobre la propia continuidad de Los Tres. Consultado por Culto, el otro integrante del grupo, Roberto "Titae" Lindl, dijo que por ahora no podía expresar su sentir por lo sucedido, pero que lo hará en los próximos días, según algunas decisiones que se tomen al interior de la agrupación.

En tanto, el cantante hoy está en su casa en Santiago al cuidado estricto de su actual pareja y de su familia, encabezada por su hermano, el también músico Gonzalo Henríquez. No se descarta que incluso en los próximos días viaje a Concepción, para recuperarse junto a su núcleo más íntimo. El mismo que ayer sufrió un duro golpe: Claudia Schlegel, mánager histórica de Henríquez en el último tiempo (empezaron en 2006), renunció a seguir trabajando con él.

El conjunto también debió cancelar sus presentaciones en el casino Enjoy de Viña del Mar (pactada para ayer) y en el Festival de La Serena (3 de febrero). Aún no hay certezas en torno a su vuelta a mediados de marzo al Festival Vive Latino de Ciudad de México, una de las fiestas musicales más relevantes de Latinoamérica.

Ante el nuevo escenario, el alcalde de Talagante, Carlos Álvarez, dice que mantiene su posición respecto al accidentado concierto de hace una semana, cuando informó que no le pagaría a Los Tres debido a que ofrecieron un espectáculo "incompleto". "Hasta ahora siguen sin darme ninguna explicación de lo que pasó. Por eso, la decisión ya está tomada, no les voy a pagar, eso no va a ocurrir, porque ellos no cumplieron un contrato. En ese mismo documento había una cláusula que obliga al artista, en caso de no hacer el concierto, a pagar lo mismo que se le está cancelando como honorarios, o sea nueve millones de pesos. Yo creo que no querían pagar esa multa, por eso se vieron en la obligación de tocar", asegura el edil.