"La película más aterradora en años", o "la cinta más emocionante que se vio en Sundance este año". Con esos comentarios, la prensa estadounidense ha estado recibiendo a Hereditary, cinta de horror estrenada en el célebre festival de cine independiente. El entusiasmo del que ha sido objeto la película es, a estas alturas, algo común para el estudio A24. De hecho, las reseñas pueden parecer hasta calcadas de algunos de sus estrenos previos.
Con recién cinco años de existencia, A24 se ha transformado en quizás la productora y distribuidora más aclamada de cine independiente en Estados Unidos, acumulando una veintena de nominaciones al Oscar, y ostentando actualmente el premio de la Academia a la Mejor película, por Luz de luna.
Pero si bien la entidad se mueve en todos los géneros, el mundo del terror ha sido una de sus áreas más llamativas, siendo responsables de algunas de las películas más elogiadas y atípicas del género en su historia reciente. Y literalmente atípicas. A24 no es Blumhouse (Fragmentado, La noche del demonio): no se verá una película clásica de slasher o algo cercano a Actividad paranormal en su catálogo. De hecho, su forma de entender el terror ha sido tan admirada como resistida.
En 2016, cuando La bruja, una de las cintas del género más elogiadas de esta década, debutó en las salas norteamericanas, la encuesta del portal Cinemascore, que recoge las impresiones del público durante el primer fin de semana de una película, arrojó una regular nota C (siendo A el máximo y F el mínimo). Peor fue el puntaje de Viene de noche, película también elogiada por la prensa especializada en 2017: obtuvo una D.
La recepción inicial no necesariamente se condice con la calidad de la película, sino más bien con expectativas. "Quizás más que cualquier otro género, el horror está lleno de reglas (...), esas reglas son nuestra linterna para enfrentar lo desconocido. Por eso hoy hay directores que están preguntándose qué es lo que pasa cuando se apaga esa linterna", escribió el periódico The Guardian defendiendo la cinta.
Y es que el terror de estas películas no suele atenderse a las reglas que dominan el género: los sustos no son repentinos, no hay siempre una explicación para lo que sucede, no siempre (por no decir nunca) queda lista la historia para una secuela o franquicia. La apuesta es distinta: en la tradición de la aproximación al género de Stanley Kubrick o Brian de Palma, las películas buscan, ante todo, incomodar.
Una pesadilla
La más reciente película de terror de A24, El sacrificio del ciervo sagrado, llegará a Chile el 8 de febrero, a través de la distribuidora Diamond Films (los mismos que en 2017 estrenaron a nivel local Viene de noche). La cinta sigue a un médico cirujano (Colin Farrell) que entabla una extraña amistad con un adolescente (Barry Keoghan, toda una revelación). Pero eventualmente la relación toma un giro siniestro y el joven comienza a atormentar a la familia del médico (liderada por Nicole Kidman).
Entrar en los detalles sobre los a ratos ilógicos hechos que la familia atraviesa con cada minuto que pasa arruinaría el punto de la película, pero fiel al estilo de su estudio, el miedo en la historia no nace de un monstruo sobrenatural ni de momentos que abusen de hacer saltar al espectador, sino que es una atmósfera permanente. Entre una imaginería perturbadora, una banda sonora que bordea el ruido, y simples conversaciones inquietantes, la historia es una pesadilla psicológica más que una trama de terror convencional (con excepción del clímax, de las escenas más objetivamente aterradoras del cine en el último año).
Su nueva película, Hereditary, también se podrá ver en las salas nacionales: tras su estreno masivo en Estados Unidos en junio, la cinta llegará a Chile en el segundo semestre, también a través de Diamond Films. La cinta se centra en una mujer (Toni Collette) que tras la muerte de su abusiva madre comienza a experimentar sucesos extraños en su hogar. Una historia que, en apariencia podrá seguir la fórmula de la "casa embrujada". Pero, según la misma crítica, es sólo la base sobre la cual explora terrenos desconocidos. Las cintas de A24 exigen la disposición de olvidar las reglas.