Hasta anoche, y tras quinces nominaciones, tres eran los largometrajes chilenos que se habían impuesto como Mejor película iberoamericana en los premios Goya: La frontera, de Ricardo Larraín (1990); La buena vida (2008), de Andrés Wood, y La vida de los peces (2010), de Matías Bize. No era un mal registro, pero este año la industria española del cine tenía un nuevo reconocimento que hacer a la producción local.
Y así fue como Una mujer fantástica, que llegó como favorita tras su exitoso recorrido festivalero y sus nominaciones al Globo de Oro y al Oscar, se quedó con la cotizada distinción ibérica. El filme de Sebastián Lelio, protagonizado por Daniela Vega. se impuso a la argentina Zama, de Lucrecia Martel; a la colombiana Amazona, de Clare Weiskopf, y a la mexicana Tempestad, de Tatiana Huezo.
Lelio, el único varón de los cuatro realizadores nominados, subió al escenario. "Somos chilenos, nos gusta actuar en manada", afirmó el director, justificando agradecer el premio en compañía de buena parte de la troupe del filme (entre otros, el guionista Gonzalo Maza, el actor Francisco Reyes y los productores Rocío Jadue y Juan de Dios Larraín). Acto seguido dedicó el galardón a su esposa, Virginia, a su familia y a la "generacíon de creadores" que están empujando el cine chileno. Por último, Lelio cedió el micrófono a su protagonista, Daniela Vega, quien espetó nada más que tres palabras:"Rebeldía, resistencia, amor.
Más mujeres
La fiesta anual de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España se celebró, nuevamente, en el Madrid Marriott Auditorium Hotel. Y ya una hora y media antes de iniciarse la ceremonia televisada (que arrancó a las 18 horas de Chile), circulaban nominados e invitados en la alfombra roja dispuesta para la ocasión.
No hubo en este caso un llamado para vestir de negro, como en los pasados Globos de Oro, pero sí una conciencia de que el tema de las mujeres en la industria, en particular -y el de la violencia contra la mujer, en general-, no iba a estar ausente: partiendo por los abanicos rojos con el hashtag #MasMujeres, que se vieron repetidamente en la transmisión televisiva, y siguiendo con las actrices y otras técnicas y profesionales que repitieron una consigna que cristalizó en las palabras de Carla Simón, Mejor realizadora nóvel por Estiu 1993: "Más mujeres haciendo cine".
La paridad, así como la defensa de la igualdad profesional de oportunidades, fue un tema de la noche. Una gala que tuvo entre sus invitados a figuras célebres en otras latitudes (entre otros, Penélope Cruz y Javier Bardem) y que vio a sus asistentes regalar una ovación cerrada a Marisa Paredes, ganadora de un Goya de Honor por su trayectoria.
La recordada intérperete de Tacones lejanos afirmó: "He tenido la fortuna de que muchos directores confiaran en mi, y ellos han tenido la suerte de que yo también confiara en ellos".
Antes de subir el telón, el favoritismo se repartía entre la mencionada Estiu 1993, Abracadabra, Handía y La librería. Este último filme se alzó, finalmente, como Mejor película y su realizadora, Isabel Coixet, como Mejor directora.