Compañeros del hombre, testigos de paso o, en el caso de las fábulas, representaciones de la naturaleza humana. Pocas veces, protagonistas de novelas. Pero "un libro sin animales rara vez tiene vida", afirmó el novelista y fotógrafo estadounidense Carl Van Vechten (1880-1964). "Los animales tienen un papel importante en la ficción, más importante de lo que suele uno dar cuenta", continúa. Sin embargo, el prolífico escritor no se refería a cualquier especie animal, sino que a los gatos, a quienes dedicó El tigre en la casa. Una historia cultural del gato.
Este "amante del felino doméstico", como él mismo se etiquetó a lo largo del libro, demoró catorce meses en escribir esta novela que se publicó originalmente en 1920, y que por primera vez es traducida al español por la editorial nacional Hueders, con ilustraciones del argentino Krysthopher Woods (en la nota). En 327 páginas, el también periodista y figura central de la cultura neoyorquina del siglo XX, elaboró un recorrido por la historia cultural del gato, dando luz a las excentricidades del "tigre que come de la mano", como le dicen en Japón, y su relación, como bestias inspiradoras o detalles de fondo, con el hombre.
Son 13 capítulos en los que Van Vechten recalca ciertas características clásicas: son traicioneros, valientes, hermosos, filósofos e indomables. "Pero el caso es el siguiente", escribe en el primer capítulo, Contra el prejuicio popular, "cada gato difiere en tantas formas como sea posible de cualquier otro gato en particular... Existen los angélicos y los demoníacos, pero el carácter de la mayoría se sitúa en algún punto entre estos intensos extremos en blanco y negro".
Así inicia su narración que, entre anécdotas, curiosidades, opiniones y referencias literarias -la bibliografía original incluía 650 obras- explora la figura del gato con el ocultismo, el folclor, las leyes, el teatro, la música, el arte, la ficción y la poesía. En un capítulo, además, afirma que "(el gato) es un anarquista aristocrático y tiránico". Otro lo dedica a los ailurofóbicos y enemigos de los felinos.
Entre los escritores, "la serpiente peluda", como se los llamaba por su cercanía al misticismo y la brujería, es esencial. Al menos, en los días que el erudito amante de los gatos publicó la novela. Sobre ello escribió: "Difícil encontrar a un autor de cierta distinción en París que no se rodeara de un harén de bellezas persas de pelo largo". Y enumera a autores relacionados con estas mascotas: Prosper Mérimée, Théophile Gautier, Victor Hugo, Charles Baudelaire, y la lista sigue.
Mientras que su papel en la ficción es aún más importan. "Los gatos duermen junto a la chimenea o juguetean entre las hojas caídas en muchas novelas de amor... Los gatos se asoman por el horizonte de la mente junto con los héroes de la historia y los personajes de novela: el angora errante de Zola; el gato ocultista de Baudelaire; la gata carey de Lafcadio Hearn", dice. Así enumera la aparición trascendental de los felinos en novelas de autores consagrados.
En su piel
A diferencia de Van Vechten, quien desde la admiración escribió un libro sobre los gatos, nuevos autores contemporáneos también han optado por dar protagonismo a los animales. Es el caso del escritor estadounidense W. Bruce Cameron, autor de la trilogía La razón de estar contigo.
En la primera entrega, Una novela para humanos (2011), que permaneció 52 semanas en la lista de los más vendidos de The New York Times y fue llevada exitosamente al cine como La razón de estar contigo (2017) , el escritor estadounidense contó la relación afectiva entre un perro que se reencarna cuatro veces y los humanos que le toca conocer. Todo narrado desde la perspectiva del can.
Para la tercera parte, Regreso a casa, que llegó a librerías chilenas en enero y no ha salido de los diez más vendidos, la protagonista y narradora es Bella, una cachorra pitbull que llega a los brazos de Lucas Ray. El vínculo de amor es inmediato, incluso después de que son separados. Bella emprenderá un camino de 800 kilómetros, para volver con su compañero.
Bajo el mismo ejercicio de Cameron, el de construir la narración a través de la mente de un animal, se publicó en 2017 A cuerpo de gato (Lumen), de Hiro Arikawa. La escritora japonesa ve el mundo desde los ojos de Nana, un gato blanco que entiende el lenguaje humano.
Acostumbrado a estar en la calle, el felino se cruza con Satou, un hombre con el que convivirá durante cinco años. Pero el destino tiene otras cosas preparadas para Nana. Con humor y ternura, el gato blanco emprende un viaje por los sentimientos humanos donde aprenderá el dolor de la pérdida y el amor.