Por más de 400 años fueron dos simples hojas en blanco con pequeñas hendiduras, hasta que expertos del Diamond Light Source de Oxford las examinaron bajo luz ultravioleta. Lo que vieron resolvió otro más de los misterios que suelen rondar al renacentista Leonardo Da Vinci (1452-1519): las casi imperceptibles fisuras no eran más que trazos borrados con el tiempo, y que dan forma a una docena de esbozos de manos.
Los centenarios papeles corresponderían a un estudio preliminar del arquitecto italiano para su pintura al óleo La Adoración de los Magos (1481). Según expertos, las mismas líneas, hoy invisibles al ojo humano, habrían sido trazadas con un fino lápiz de metal con cobre en su punta, y con el paso de los años se convirtieron en diminutos gránulos de sal transparente.
El descubrimiento será exhibido al público en febrero de 2019 como parte de la muestra Leonardo, una vida en dibujos, que conmemorará los 500 años desde la muerte del artista en la Galería de La Reina del Palacio de Buckingham, en el Reino Unido.
Debido a la extraordinaria fragilidad de los papeles, éstos sólo serán exhibidos en determinados intervalos de tiempo, junto a otras 200 obras pertenecientes a la Colección Real hace más de tres siglos, cuando fueron adquiridas por el rey Carlos II de Inglaterra. Así, el conjunto de piezas y dibujos dará forma a una de las mayores retrospectivas de los últimos 65 años en torno al trabajo genio florentino.
"Da Vinci dibujó intensamente no solo para preparar proyectos artísticos, sino para engendrar nuevas ideas, registrar sus observaciones y probar sus teorías", explica Martin Claynton, director del acervo de dibujos de la colección británica. "Es porque acumuló miles de dibujos y folios de manuscritos hasta el final de su vida, que tenemos un conocimiento inigualable del funcionamiento de su mente".