Paul Rudd: "Sigo siendo un fanático de ir a las salas de cine"
El actor, conocido principalmente por comedias, habla con Culto de Mute, su nueva y violenta película en Netflix. También opina del debate entre estrenar cintas en la pantalla grande o en streaming.
Por más de dos décadas, Paul Rudd ha cimentado su carrera principalmente interpretando al chico bueno en la pantalla, principalmente en comedias, desde la serie Friends a la película Te amo, brother. Incluso su otro arquetipo predilecto, el cretino (sea en Anchorman o Virgen a los 40), lo canaliza a través de la sátira, dejando siempre un dejo de buen corazón en el fondo.
"Gracias por entrevistarme", parte su conversación con Culto, soltando una risotada. Durante la entrevista, Rudd suele hacer gala de su buen humor y su activa personalidad que se suele colar en sus papeles, hablando de forma casi hiperquinética. Pero el papel que está discutiendo es distinto: el actor habla de Mute, la nueva película de Duncan Jones (el hijo de David Bowie, conocido por la alabada Moon y el desastre Warcraft), que Netflix estrena el 23 de febrero. En la cinta de ciencia ficción interpreta a Cactus Bill, un soldado desertor americano varado en una Alemania futurista, donde trabaja haciendo improvisadas cirugías a criminales heridos (y a ratos también ejerciendo de matón). Lo tierno y aprehensivo que es Bill con su hija es opacado por su violenta forma de vida. Su historia transcurre en paralelo con la de un barman mudo (Alexander Skarsgård) que busca a su novia desaparecida. La tensión se va construyendo a través del inevitable choque entre los dos relatos.
¿Fue distinto meterse en la cabeza de Cactus Bill, considerando lo diferente que es a sus papeles anteriores?
Trato de no separar los personajes en blanco y negro, así como tampoco separo la comedia del drama. Todos los factores existen dentro de un mismo personaje. Si Cactus Bill dice algo gracioso, no creo que él sienta que está siendo gracioso, o si hace algo moralmente reprochable, no sé si crea que ese es el caso. Y cuando empieza a salirse de control, es entretenido interpretar a alguien desatado. Obviamente a ratos fue algo nuevo. Cuando le pongo un cuchillo a alguien en el cuello no se compara en nada que haya hecho en Ligeramente embarazada (se ríe).
¿Cómo fue trabajar con Duncan Jones?
Duncan genera un ambiente de mucha colaboración. Este es un proyecto que ha estado trabajando por muchísimos años. Y fue genial poder trabajar con alguien que tenía un punto de vista tan específico con respecto a una historia, y que a pesar de eso estuviera muy dispuesto a escuchar a sus actores.
La historia es ambiciosa y extraña. ¿Él les explicaba cuál era su visión de fondo para esta trama?
Uno tenía que entregarse y confiar en él, porque hay algunas cosas que uno no podía entender fácilmente. Por ejemplo, el mundo futurista que te rodeaba en el set. Pero siento que la historia es bastante simple. Es un fuerte relato de misterio, en medio de un mundo muy único. Entonces, la historia era clara para mí, pero los detalles del mundo que crea la película eran complejos. Me recordó a cuando hace muchos años trabajé en Romeo y Julieta, de Baz Luhrmann. Él tenía una metodología muy similar. Mientras escuchaba a Baz hablar, sabía que sería una estética visual muy única. Ese era el mundo que sentía en su cabeza. Y así también Duncan tenía todo este mundo creado en su mente.
Ha existido un debate sobre si Netflix es el lugar adecuado para estrenar una película, en vez de un cine. ¿Siente que hay alguna diferencia entre ambos formatos?
A mí me encanta ir al cine y siempre voy a querer ir a las salas y ver una película proyectada. Creo que hay una magia en eso, y lo he sentido toda mi vida. Pero el mundo del cine está cambiado, y películas que me gustaría ver o trabajar en ellas a veces no se están haciendo, porque no hacen sentido desde un punto de vista financiero para los estudios. Entonces estoy feliz que Netflix pueda apoyar cintas de calidad y a sus realizadores, que pueden haber visto casi imposible el hacer sus películas porque quizás sus temáticas eran muy distintas. Pero, al final del día, sigo siendo un fanático de ir a las salas de cine.
De superhéroe
Tras 20 años dedicado a las comedias para adultos y el cine independiente, Rudd hizo su debut en las superproducciones interpretando a Ant-Man, el hombre hormiga, en la cinta homónima de 2015, sumándose a la taquillera franquicia de los Avengers y el universo cinematográfico de Marvel. Tras Mute, Rudd repetirá el papel dos veces este año, en la secuela Ant-Man and the Wasp en julio y en Avengers: Infinity War en abril. "Fue genial volver al universo Marvel, sobre todo teniendo mucha más conocimiento del personaje que la primera vez que lo hice. Es lo mejor el ser parte de una franquicia que a tanta gente le gusta", dice el actor.
¿Ha cambiado su vida o su carrera en algo desde Ant-Man?
Mira, mi vida del día a día no es muy distinta. Tengo un estilo de vida muy ordinario; no vivo en Hollywood, tengo una esposa e hijos, y mi rutina implica llevarlos al colegio e ir al supermercado. Pero sí he notado que ahora más gente se me acerca y dice; "¡Ant-Man!", y hablan más de eso que de las otras cosas que he hecho (se ríe). Y sobre todo, ahora me reconocen muchos niños. Antes de Ant-Man, nunca había tenido una reacción por parte de ellos. Mis hijos nunca han visto las otras cosas que he hecho. Supongo que sus amigos sabían que era actor, pero no andaban viendo las comedias para mayores que he hecho. Y eso cambió después de Ant-Man. Es extraño, pero en un buen sentido. Y creo que mis mismos hijos están mucho más conscientes de lo que hago con mi vida, de una forma en que no lo sabían antes.
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