La noche anglo, siempre sinónimo de éxito garantizado -en los últimos años se ha poblado de leyendas como Elton John, Rod Stewart y Cat Stevens-, pero también de una pequeña incógnita: en un evento de genética tan latina, con un público tan chileno como el que repleta la Quinta, el aterrizaje de ilustres extranjeros representa un quiebre en la semana, un punto aparte, cierta curiosidad por descifrar cuál será el vínculo con el "Monstruo" de figuras que en su vida han oído hablar de, precisamente, el "Monstruo", la Quinta, las Gaviotas y la historia viñamarina. Anoche era el turno de los ingleses Jamiroquai.
Y quizás como una forma de templar ese nervio, la producción determinó que el video encargado de abrir los fuegos fuera de un representante local, Stefan Kramer, el comediante de la velada y el número uno del humor nacional en la última década. En el registro, parte mirando las máscaras de sus víctimas predilectas, desde Alexis Sánchez hasta Donald Trump, pero se cuestiona su presente más inmediato. Luego terminan desfilando los verdaderos Jorge Valdivia, Francisco Saavedra, Pedro Engel, Rafael Araneda y hasta Joey Tempest, de Europe, los otros estelares que bajaban el telón de la noche.
Un buen puente entre lo anglo y lo local. Entre los dos mundos que debe hermanar Viña en el corazón de su programación. Pero la capacidad de fusionar ambos polos ya está resuelta. Fans que superan los 30 años, despojados de todo artilugio propio del público más millennial (cintillos, pancartas), dan cuenta que la audiencia tuvo un perfil muy distinto a lo sucedido 24 horas antes con Luis Fonsi.
Lo de Jamiroquai es su debut. Y si bien no hubo coronas de flores, sí aparecieron los sombreros coloridos y cubiertos de plumas propios de Jay Kay, el hombre que comanda la agrupación que marcó los 90. La misma fanaticada que llegó en masa a rendirle pleitesía a uno de sus íconos. La noche anglo es también, por esencia, la noche de la nostalgia: "Space cowboy", "Cosmic girl" y "Deeper underground" desatan la mayor euforia en lo que va de Viña. Se lleva ambas Gaviotas y las pifias amenazan, sobre todo cuando mencionan a los reggaetoneros CNCO en el conteo de los artistas más populares: la distancia generacional nuevamente es un bache insalvable.
Nervios para Kramer, pero el imitador revierte la leve incertidumbre con su talento magistral. Un video donde Sebastián Piñera lo va a dejar en helicóptero a la Quinta, para luego disparar más de 50 personajes, todos los imaginables, despertando los abucheos cuando repasa al próximo presidente y a Bachelet. Pero una velada casi perfecta se vio agitada por la sintonía: la cita promedió 28.7 puntos, el rating más bajo de las tres noches. Incluso en un momento, Perdona nuestros pecados de Mega, los superó por un punto. Daba igual: la mejor noche del certamen ya estaba sellada.