Viña 2018: oro fino
Todos los años los periodistas votan por la Reina del Festival de Viña, una tradición que termina con el famoso piscinazo de la ganadora. Puros escándalos pactados de antemano.
Va así. Todo esto es confuso. Todos los años los periodistas votan por la Reina del Festival de Viña, una tradición que termina con el famoso piscinazo de la ganadora. Puros escándalos pactados de antemano. Alguna vez Rocío Marengo tiró unos niños al agua cuando Tonka Tomicic ganó. Alguna vez Farkas les pagó una fiesta a los reporteros. Alguna vez, Francisco Saavedra se convirtió en el generalísimo más exitoso de las candidatas del 13. El año pasado los pobladores del campamento Felipe Camiroaga impidieron la coronación de Kika Silva en la famosa piscina: reclamaban el incumplimiento de las promesas del municipio de Virginia Reginato respecto a la instalación de sus servicios básicos. No hubo piscinazo. Hace unos días, Silva lo hizo de modo tardío y debió soportar que el notero Patricio Sotomayor se metiera al agua con ella. Este año corren Camila Recabarren (La Red), Lisandra Silva (Chilevisión) y Betsy Camino (C13), entre otras. Camino es cubana y ha sido el centro de las polémicas. Camino alguna vez fue novia de Julio César Rodríguez. Antes estaba en Mega, en Morandé con compañía. La reclutaron en Bienvenidos como candidata y le pusieron a Matías Vega de consorte. Camino luego se peleó con Pablo Vargas. Ex Rojo, Vargas es bailarín y coreógrafo. Camino insultó a Vargas. Vargas se fue, dejó todo botado. La actividad, que era un baile de las postulantes, no se realizó. Luego Camino se peleó con Lisandra Silva porque no la invitó a su fiesta. Camino la dejó hablando sola. Vega la defendió. Lisandra bailó después en el escenario con Gente de Zona mientras que Camino, en un momento, terminó en una clínica. El cambio de temperatura le afectó. Le dieron antibióticos y antinflamatorios. Viña cansa, agota, demuele; es un deporte extremo. Entonces, las candidatas siguieron sus actividades. Jugaron a la pelota en la playa. Se pasearon por la ciudad. Camila Recabarren fue a un refugio de animales y adoptó a un perrito. Mientras, Camino se topó con Rodríguez en una emisión de Glamorama TV. La acompañaba Matías Vega, candidato a rey del mismo matinal. Rodríguez ahora sale con Camila Nash, ex de Vega. Desde el otro lado de la pantalla, todo luce como un círculo demasiado estrecho, un mundo asfixiado por su propia pompa. A esas alturas, ya se había desatado la guerra total entre los matinales. Soltaron por ahí el rumor de que Camino iba a ser despedida del 13. Los de Bienvenidos acusaron a los de Muy buenos días, de TVN, de conspirar contra ellos. Era una venganza, un complot. Todos eran viejos conocidos. Antes, a Pablo Manríquez, el director de Muy buenos días, lo habían echado del matinal del 13 por explotar al aire los detalles privados del ataque que dejó ciega a Nabila Rifo. Antes tenía de panelista a un doctor que decía que el cáncer era producto del odio. Esa onda. "Conocemos a Pablo y sabemos cómo es", dijo Tomicic. Mientras, Juan Pablo Queraltó defendió a Manríquez. A Queraltó lo echó del 13 Mauricio Correa, un histórico de TVN. Sí, estamos ante un juego de espejos, de ajustes de cuentas y cahuines cruzados. Todo es grave aunque en realidad lo que vemos es un programa cómico que decreta el fin del verano. En él, los detalles son el infierno: pistas de los odios, los cruces de parejas, el mapa conceptual de un mundo que parece estar en llamas aunque en realidad no importa demasiado. Un país fantástico. Ahora mismo, mientras escribo esto comienzan las votaciones. Ya descalificaron a la candidata Julia Fernández por regalar pasajes y joyas a los votantes acreditados o algo así. Estaba contra el reglamento del concurso. Mientras, Betsy Camino cierra su campaña. Viene Tomicic a verla. Reparten hamburguesas en un restorán, Matías Vega ofrece descuentos en las pizzas a los periodistas. En el lugar donde se vota, se pasean los corpóreos de una marca de cecinas y una joyería. El corpóreo de las cecinas tiene la forma de un completo; el de la joyería, el de un lingote. Dos bailarines vestidos con ropa fluorescente no se separan de él. Oro fino, tiene escrito en el pecho.
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