CNCO en Viña: rápida cocción

cnco

Son como los nietos de Menudo. De hecho, la cuna de Ricky Martin, el mentor de esta boys band que nació hace tres años en una competencia de talentos por televisión.


CNCO es como todas las alineaciones de un género que se remonta a 1956 con Frankie Lymon and the teenagers, bajo la receta grupo vocal de adolescentes con canciones de amor, pero a la vez ofrece algunos matices que no alcanzan a romper los esquemas de uno de los productos más viejos y probados del negocio de la música.

En CNCO no asoma un verdadero líder como pasaba en N'Sync donde Justin Timberlake asumía ese rol claramente, qué decir de Michael en The Jackson 5. Tampoco hay personajes delineados como Donnie Wahlberg, el chico malo en New kids on the block, o el rebelde y parrandero que Robbie Williams ejercía en Take that.

Lo que hay de sobra en CNCO es oportunidad, y lo que falta de manera increíble y alarmante es trabajo y fiato, lo mínimo que se debe exigir a una agrupación así. Asoman fallas garrafales en el quinteto que retratan una producción a la rápida y la cocción acelerada de una alineación inmadura. Prácticamente se quedan sin voz cuando abordan sus canciones más bailables. Sólo recuperan el aliento al turno de los cortes lentos y románticos.

Sus coreografías, otro ítem prácticamente obligatorio en el rubro (excepto One Direction que nunca las desarrolló), son correctas a lo sumo. Los movimientos en el escenario no dejan huella en la memoria de pasos singulares, otra de las características de este formato. Tampoco son particularmente atléticos, sino unos chicos agraciados que aún no terminan de crecer.

Las composiciones de su único álbum Primera cita (2016) se mueven entre el dance, los ritmos urbanos y baladas con cierta plasticidad sin que ninguna variante los defina. El público reaccionó con la pasión inherente a esta clase de productos, pero se sorprendió ante la entrega de la primera gaviota, una cortesía que corrió por cuenta del libreto de la noche cuando aún nadie la pedía. CNCO tiene esa rúbrica de estar apurados, muy conscientes quizás de que el tiempo juega siempre en contra para esta clase de alineaciones. Ya sabemos el guión. Alguien se marchará para iniciar una carrera solista y será el comienzo del fin.

Ricky Martin los definió como "guerreros" en Twitter, felicitándolos por los premios. Anoche no hubo batalla alguna en la quinta Vergara sino un libreto sabido por lado y lado. Ellos bailan y hacen como que cantan, y el público grita.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.