En la época actual, la industria de la música está en constante cambio. Para los nuevos creadores, distribuir el contenido es más fácil que nunca: ya no se necesitan contratos con grandes empresas, ni esperar meses para que un disco sea lanzado. Todo está al alcance de un click.
Sin embargo, esto no es totalmente positivo para ellos. Las grandes plataformas de streaming como Spotify, Apple Music, Deezer o Amazon Music, se caracterizan por tener un amplio rango de títulos, desde agrupaciones independientes hasta los grandes referentes que están en el tope de las listas. Solo Spotify tiene más de 100 millones de usuarios al mes y el 30% de ellos son pagados.
En lo que se quedan atrás, son en la retribución a los artistas que crean la música que está en dichas plataformas. Recientemente, Spotify incluyó créditos por autores y productores de cada canción, lo que amplía el reconocimiento para aquellos que hacen el trabajo silencioso de la industria musical. Pero, por otra parte, ninguna de las empresas de streaming paga bien los royalties a los músicos, es decir, los derechos para que esas canciones estén en sus plataformas.
Como respuesta a esto, distintas start-ups del mundo musical han lanzado formas de hacer que los autores puedan rentabilizar mejor su contenido.
Una de ellas es Kobalt. Esta empresa, creada en el 2000 por Willard Ahdritz, maneja de forma administrativa los derechos de publicación y autoría de los músicos, pero no es dueña de ellos. De esta forma, lo que hace es ampliar no solo las ganancias para los creadores, sino que hace que ellos tengan un mayor control sobre su patrimonio musical.
Ahdritz ha definido el trabajo de su compañía como un intento por hacer que los músicos tengan que comprometer mucho menos, para poder recibir ganancias. "Fundamentalmente, lo que se hace es esto: si tu eres dueño de tus derechos, entonces cada dólar que te pago en royalties, significa que mi valor baja. Por lo tanto, no tendría un interés en darte más dinero. Pero si juntamos nuestros intereses, como una relación transparente entre un artista y un servicio proveedor, entonces habrá una subida económica significativa para ambos, mientras tu negocio crece", señaló en 2017 a Music Business Worldwide.
Otras compañías como Mycelia y Choon, están ocupando las nuevas tecnologías para cambiar la forma en que se realizan transacciones en la industria de la música, en la era del streaming. Ellos utilizan la cadena de bloques, un método de administración de datos que crea transacciones (no necesariamente monetarias, también pueden ser contratos) en muchas partes a la vez, lo que favorece la transparencia. El blockchain es lo que se utiliza para la transacción de criptomonedas.
De esta forma, ellos hacen que los creadores sean los dueños de sus derechos y puedan administrarlos en una red confiable y transparente, donde ellos son los totales controladores de lo que realizan. Choon también se constituye como una nueva plataforma de streaming, que tiene pensado pagar el 80% de sus ganancias a los creadores de contenido.
Mientras que en el mundo, los músicos están teniendo ganancias en el mundo de la música a través de conciertos y otras formas de merchandising, cada vez se recibe menos por conceptos de ventas de contendio, lo que perjudica principalmente a los creadores silenciosos. Estas tecnologías buscan dar una salida a los músicos independientes para que puedan hacerse cargo de su patrimonio musical, sin la necesidad de firmar contratos con disqueras y empresas de publicación.