El argentino Axel Kuschevatzky (1972) corre por dos carreteras que extrañamente se cruzan y por lo mismo es un ejemplar raro: es periodista y entrevistador de figuras del cine, pero también está del otro lado del negocio, produciendo filmes y jugando en las mismas ligas que los creadores. Algo así como fan y realizador. Desde esa doble militancia tiene una llegada privilegiada a actores y cineastas y la prueba televisiva más evidente es la conducción que año tras año realiza desde la alfombra roja previa al Oscar por la señal de TNT (doblada) y TNT Series (en idioma original).
Este domingo, a partir de las 20.30 horas, Kuschevatzky otra vez vuelve a su ritual de las entrevistas a los actores, cineastas y productores que llegan al evento en el Teatro Dolby de Los Angeles. A estas alturas dice tener una perspectiva bastante acabada de cómo han ido cambiando los Oscar en los últimos años y le queda claro que la edición de este domingo está a otro nivel. "Creo que la versión de este año es insuperable, con un nivel de películas soberbio", comenta al teléfono desde Buenos Aires, poco antes de tomar el avión para trasladarse a California. "Hubo años malos y a veces la gente se decepcionaba cuando veía las películas ganadoras en sus respectivos países, pero creo que ahora no es el caso", comenta Kuschevatzky, que fue productor asociado de El secreto de sus ojos (2009), la cinta argentina ganadora del Oscar extranjero en el 2010.
Quizás por la misma razón el periodista trasandino estima que 2018 no es el año de las producciones que acaparan todos las categorías. "Creo que este año ninguna película va a arrasar en los premios y me inclino a pensar que todo será más bien fragmentado. Eso sí, a mi juicio, los principales Oscar se repartirán entre La forma del agua (nominada a 13 premios) y Tres anuncios por un crimen (postulada a siete)", dice, refiriéndose a los filmes de Guillermo del Toro y Martin McDonagh.
La predicción de los premios Oscar es uno de los ejercicios más extendidos entre la prensa, aunque Kuschevatzky es consciente de aquello ("creamos un mundo paralelo de favoritos, que muchas veces no tiene que ver con los gustos de la Academia") y en particular recalca que la categoría de Mejor Película Extranjera es la menos predecible de todas. Aquí no hay galardones previos de sindicatos de actores, guionistas o directores, usualmente un barómetro para pronosticar los Oscar.
Su propia experiencia como productor de El secreto de sus ojos habla al respecto. "Llegamos con la película a Los Angeles y con suerte figurábamos como tercera alternativa a la favorita, que era La cinta blanca, de Michael Haneke. Después venía Un profeta, de Jacques Audiard. Todo fue una gran sorpresa", recuerda Kuschevatzky sobre el filme que le dio el segundo Oscar extranjero a Argentina tras La historia oficial (1986). Hasta hoy, es el único país de Latinoamérica que ha ganado este galardón: México y Brasil han sido nominados 8 y 4 veces respectivamente, sin triunfar.
"No hay una receta para ganarse el Oscar extranjero. Más bien varía año tras año. Ahora bien, en términos generales las películas que mejor interpretan el contexto tienen más posibilidades", agrega.
El hombre de televisión y cine ha estado en la producción de las películas argentinas más exitosas de la última década y así fue como en 2015 otra vez llegó a la instancia del Oscar extranjero, con Relatos salvajes (2014), de Damián Szifrón. Luego estaría entre los productores de El clan (2015), de Pablo Trapero, y de Neruda (2016), de Pablo Larraín, dos filmes postulados por sus respectivos países, pero que no llegaron a ser nominados.
Sobre la chilena Una mujer fantástica es optimista, pero con las precauciones del caso. "Le veo posibilidades de ganar el Oscar, pero tiene fuertes competidoras como la sueca The square o la libanesa The insult. La primera tiene incluso un perfil internacional más fuerte (fue Palma de Oro en el Festival de Cannes), pero la chilena tiene la ventaja de conectar con la reciente sensibilidad a favor de las minorías y la inclusión", argumenta Kuschevatzky, quien quiere dejar en claro que no puede ocultar su favoritismo hacia el filme local: "Me gusta el cine de su director, Sebastián Lelio y, además, creo que su productor Juan de Dios Larraín es el mejor que hay en Latinoamérica".